Paysandú, Martes 28 de Mayo de 2013
Opinion | 21 May Se cumplió en la víspera la última actividad de la Semana del Peatón, de carácter internacional, patrocinada por la Organización Mundial de la Salud. La Semana en realidad culminó el 12 de este mes, pero ayer un especialista concordiense brindó una serie de charlas.
Todos somos peatones, de eso no cabe duda. Y todos cometemos al menos pequeñas transgresiones aprovechando los espacios que nos deja un tránsito que aunque nos parezca muy pesado no lo es si se lo compara con otros países, donde la densidad es tal que resulta impensable no esperar el cambio de semáforo en la esquina, ni soñar con cruzar al medio de la calle y cosas parecidas que en Paysandú son comunes. Nosotros –todos-- las hacemos comunes.
Peatones, ciclistas, motociclistas, automovilistas, omnibuseros y camioneros compartimos las calles y veredas (según los casos) de la ciudad. Todos somos participantes del tránsito y aunque no le damos la debida importancia, porque lo urgente siempre nos atrapa primero, las diligencias, el escaso tiempo que nos queda para llegar al trabajo o antes que cierre el banco, y tantas otras cosas, nos lleva a apurar el paso.
Ese deseo --aunque fútil-- de ganarle al reloj, de hacer más cosas en al menos el mismo tiempo, lleva a que algunas distracciones ocurran y algunas de ellas terminen en accidentes. El 95% de los siniestros tienen como causa un error humano. Un 2% por ciento por fallas mecánicas y el restante 3% por motivos ambientales. El ser humano es casi el culpable excluyente de los siniestros en el tránsito que a veces provocan solo daños de los fierros, otras heridas leves, a veces heridas graves y en los casos más serios, la pérdida de vidas humanas.
Los vehículos aumentan a partir de la tecnología sus sistemas de seguridad, pero el ser humano sigue soplando en el viento preocupado por lo urgente, no por defender su vida y la de otros, que es única, que es irrepetible.
Es bueno recordar el papel del peatón como se ha hecho en estos días, porque es precisamente el rol que todos compartimos. Y en el que somos más vulnerables.
El diseño vial es claramente una de las herramientas para mejorar la seguridad de los peatones. Pensando en aquellas más simples, adecuadas a la ciudad y al presupuesto con que se cuenta. Además, el mismo peatón debe tener una participación activa. Un error tan común como cruzar por la mitad de la calle --donde los conductores desarrollan más velocidad y tienen menos capacidad de reacción-- es quizás un buen comienzo. Si solo dejáramos de hacer eso, aumentaría considerablemente la seguridad vial. ¿Lo intentamos?
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