No hay lugar en el refugio

Locales | 23 May “Paysandú se está volviendo un lugar de tránsito, una ciudad a la que llegan personas que luego, por diferentes razones, no logran irse, quedando en situación de calle”, expresaron Carlos Damico y Ricardo Fleitas, responsables del Mides en Paysandú, al ser consultados sobre las características de la población que está requiriendo ayuda con la llegada del invierno, cuyo número ha aumentado respecto al año pasado. A principios de junio de 2012 había en Paysandú 11 personas en situación de calle, en tanto que al corriente mes de mayo de 2013 un relevamiento del Ministerio del Interior indica que ese número prácticamente se ha duplicado, ya que fueron 20 las personas en situación de calle detectadas.
Por otra parte, se dan dos situaciones. Por un lado hay unas cinco personas consideradas “crónicas” que son aquellas que todo el año están en la calle y generalmente se resisten a ir a un refugio. En Paysandú se encuentran fundamentalmente en calle Sarandí o inmediaciones del Mercado Municipal, así como otras que pernoctan en el Estadio Cerrado “8 de Junio”.
En cambio son unas 15 las que se encuentran en situación de calle que han llegado recientemente a la ciudad, muchas de ellas para la Semana de la Cerveza, y que luego no han retornado a los sitios de donde vinieron.
“Nos ha pasado algo similar a lo que ocurría con el Pilsen Rock, donde cierto grupo de personas llegaba a la ciudad y luego no regresaba a sus lugares de origen”, dijeron Carlos Damico y Ricardo Fleitas.
“En el caso de Paysandú tenemos unas 15 o 16 personas jóvenes que son de otros lugares y varios de ellos se quedaron después de la Semana de la Cerveza. Paysandú se está transformando en un lugar de tránsito, donde hay personas que vienen y no logran irse por diferentes razones”.
“Por ejemplo, la semana pasada vino a la oficina del Mides un joven supuestamente traído a Paysandú por un artesano pero luego supimos que en realidad había venido a Remar y se fue de ese lugar. No es el primer caso de jóvenes que llegan a la granja de Remar buscando dejar la droga pero después no sostienen la abstinencia y aparecen por el refugio o se los ve dando vueltas por la ciudad. En este caso concreto estaban en una carpa y vinieron a pedir ayuda en los primeros días fríos”, dijeron.
Actualmente la oficina local del Mides analiza distintas posibilidades para dar respuesta a demandas de alojamiento en el refugio, dado que se encuentra con su capacidad colmada.