LA DAMA DE NEGRO ATACA OTRA VEZ

Locales | 01 Jun (Por Horacio R. Brum) Él dejó a todo Chile sin gas; ella ha conseguido ahuyentar de su país a muchos empresarios, tiene a los agricultores irritados por la competencia desleal del maíz con subsidios, y a los exportadores en la incertidumbre por las caprichosas restricciones a las importaciones. Para Chile, los diez años de gobierno de los Kirchner no son motivo de ninguna celebración, pero sí, como lo hicieron esta semana los principales diarios, ocasión de recordar que las inversiones chilenas en Argentina se redujeron a la mitad: entre 1993 y 2002 superaron los 10.000 millones de dólares, en rubros desde la electricidad a los supermercados; de 2002 a 2012, el total apenas pasó de los 4.500 millones. Con la excepción de Horst Paulmann, el propietario de las grandes cadenas de supermercados Jumbo y Disco, que con frecuencia insinúa que vale la pena mantener los negocios al otro lado de la cordillera porque el kirchnerismo algún día perderá el poder, los empresarios han puesto el freno a sus proyectos argentinos y definen la situación en una sola frase: “constante incertidumbre política y económica”.
Más allá de las críticas que se pueden hacer a los efectos sociales del sistema económico de Chile, lo cierto es que en este país las leyes se respetan, los contratos se cumplen a cabalidad y a ningún gobierno, del signo político que sea, se le ocurre cambiar arbitrariamente las reglas del juego ni pasar por sobre las decisiones de la justicia. O sea, el otro lado del espejo de Argentina, donde el atropello de la empresa estatal Intercargo a los derechos contractuales de la compañía aérea chilena Lan causó innumerables molestias a todos sus pasajeros, el fin de semana pasado, pero especialmente a los que se preparaban para viajar a Buenos Aires, aprovechando el feriado nacional del 21 de mayo.
El conflicto con Intercargo se remonta a algunas semanas atrás, cuando esa compañía, que provee a Lan los principales servicios de tierra, como el desembarque de los equipajes y el manejo de las mangas para los pasajeros, quiso romper un contrato válido hasta 2014 y cobrar retroactivamente unas nuevas tarifas. Sin embargo, desde la expropiación en 2008 de Aerolíneas Argentinas, para reconvertirla en línea aérea estatal, ha habido un esfuerzo poco disimulado de la Casa Rosada para desplazar a Lan del mercado interno, donde transporta alrededor del 30% de los pasajeros, y complicar sus operaciones internacionales. Este corresponsal lo ha podido comprobar en sus llegadas desde Santiago al aeropuerto bonaerense de Aeroparque, donde Aerolíneas Argentinas tiene el uso prácticamente exclusivo de los escasos puentes o mangas de desembarque y donde el ómnibus que debe transportar a los pasajeros a la terminal ha experimentado demoras inusuales en llegar al avión. También en Ezeiza suele haber con cierta frecuencia atrasos en la asignación de las mangas a los vuelos de Lan, y algunas veces el desembarco ha sido en la pista.
El viernes 17, pese a que la justicia argentina le había dado la razón a Lan en cuanto a mantener los términos del contrato con Intercargo hasta 2014, esta empresa suspendió todos los servicios a la aerolínea chilena, la cual a su vez debió detener las operaciones desde, hacia y en Argentina, para proteger la seguridad y la comodidad de los pasajeros. La acción de Intercargo tuvo las características de un verdadero chantaje, porque en esa fecha comenzaba en Chile el fin de semana largo que se prolongaría hasta el feriado del martes 21 y miles de personas se proponían viajar a Buenos Aires, sin contar con los numerosos pasajeros de vuelos de conexión entre otros países. Con una fe ingenuamente chilena en el respeto por la ley, Lan recurrió nuevamente a la justicia argentina, la cual ordenó a Intercargo prestar los servicios, bajo pena de multa. “Supusimos que con la notificación de un juez, esto quedaba arreglado”, declaró a los medios el presidente de la aerolínea, pero como la Sra. Kirchner y sus seguidores gobiernan en nombre “del pueblo”, la legalidad no les importó.
Debido a que al oeste de los Andes las leyes sí importan, Lan estuvo en peligro de enfrentarse a innumerables demandas ante el Servicio Nacional del Consumidor chileno, además de las pérdidas por tener sus aviones en tierra. Por ello, cedió a las presiones de Intercargo y el domingo pudo comenzar a normalizar los vuelos. El resultado es que terminará pagando por cada servicio a un avión el doble del promedio de América Latina: 850 dólares, cuando en Perú o Brasil se cobra entre 200 y 400. En cuanto a la calidad, más de una vez este corresponsal ha regresado desde la capital argentina en aviones mal limpiados, con valijas maltratadas, y ha conocido varios casos de robos al equipaje en Ezeiza o Aeroparque, todo por cortesía de Intercargo.
En la amplia cobertura del problema, los medios chilenos destacaron que Intercargo es otro feudo de La Cámpora, la organización de jóvenes kirchneristas fanáticos, que se formó a instancias del hijo de la Presidenta. Como La Cámpora también controla Aerolíneas Argentinas, dos más dos da claramente cuatro en la explicación del hostigamiento a Lan. Para cerrar con lo anecdótico, hay que recordar que esa agrupación lleva el nombre del efímero presidente Héctor Cámpora, un colaborador obsecuente de Perón que en sus 49 días de presidencia del país, en 1973, creó en el peronismo izquierdista la ilusión de que los revolucionarios habían llegado al poder. Cuando le entregó el gobierno a su jefe, éste, que nunca estuvo cerca del marxismo pero sí muy próximo al fascismo, corrió a los izquierdistas de su lado y en una escena célebre del 1° de Mayo de 1974 echó de la Plaza de Mayo a las agrupaciones que encabezaban los guerrilleros Montoneros, tratándolos de “estúpidos” e “imberbes”. Ese momento marcó el inicio de la guerra sucia contra la izquierda, aunque la historia que está reescribiendo el kirchnerismo cargue todas las tintas sobre la dictadura militar que comenzó en 1976. Son los descendientes ideológicos de aquellos estúpidos e imberbes –palabras de Juan Domingo Perón, no de quien esto escribe-, los que ahora emplean todas las formas del chantaje económico e ignoran la justicia “burguesa”, en casos como el de Lan.