Locales | 01 Jun El resonador magnético nuclear de Comepa llegó a Paysandú en la noche del 8 de mayo en varios cajones contenedores que superaron las cuatro toneladas de peso. Allí lo esperaba la sala donde se instaló con todas las medidas de seguridad, como la caja de Faraday para el control de los campos magnéticos, y el resto del equipamiento para el control por parte de técnicos y médicos. Había salido el martes desde Frankfurt, en Alemania, y un día y medio después ya estaba siendo instalado en la sede de la prestadora.
El resonador magnético nuclear es un Siemens modelo Magnetom Essenza totalmente digital que costó exactamente 774.182 dólares estadounidenses y tuvo otros gastos por 39.692 dólares. Para su instalación, Comepa dispuso --desde que construyó el nuevo edificio-- una sala especial donde, al no haber respuesta del Ministerio, terminó instalándose la cantina. El local, que tenía parte de la instalación hecha desde hace años, fue remodelado para poder albergar el moderno equipamiento médico, que requiere además varias características especiales, como por ejemplo una instalación para el enfriamiento de la máquina en base a agua, además de las aislaciones que corresponden y las demás instalaciones. Para esto se dispuso de un presupuesto de 144.000 dólares. El personal técnico y médico ya está preparado para operar el equipo pero “siguen formándose en el servicio del sanatorio Impasa de Montevideo, donde trabaja el doctor Daniel Pereyra”, dijo Lijtenstein. Aclaró que este equipo de imagenología sería utilizado además por los centros médicos públicos y privados de Artigas, Salto, Río Negro y Soriano, por lo que seguramente pasarán por el tubo magnético unos 500 pacientes mensuales.
También aclaró que el equipo estaría plenamente operativo a mediados de junio, ya que debe “cargarse” el equipo con el magnetismo correspondiente para ser operativo.