Locales | 11 Jun Aunque no fue uno de los mejores días para volar, las escasas horas que se pudieron utilizar fueron intensamente disfrutadas por pilotos, tripulantes, paracaidistas y los cientos de personas que participaron el domingo y también el sábado en los festejos de los 75 años del Aero Club Paysandú, los 100 años de la Fuerza Aérea Uruguaya y los 150 años de Paysandú ciudad.
Pudo verse en el aeropuerto “Tydeo Larre Borges” desde aeromodelismo hasta salto múltiple de paracaidistas en el Aviocar de la Fuerza Aérea, además de los tradicionales vuelos de bautismo, el vuelo del helicóptero, vuelos en parapente y las exposiciones de aviones, uno como el que es propiedad del museo aeronáutico, el “T6” con el número de la FAU “366” convertido en un “museo activo” ya que data de 1942, y aún vuela y “está hecho como recién salido de fábrica”, describió a EL TELEGRAFO Walter Demichelis, presidente del Aero Club.
Desde bien alto
Pese a que en la mañana estaba nublado y cayeron algunas gotas, se aprovechó la jornada del domingo para hacer cuatro saltos desde una altura superior a los 13.000 pies, casi 4.000 metros, que fueron aprovechados por 16 paracaidistas por vuelo y algunos tandems, que son caídas con dos personas en un paracaídas. Esa altura es muy difícil de alcanzar para los paracaidistas locales, ya que en una avioneta es demasiado alto (e imposible en alto número) pero se aprovechó la presencia y colaboración de los aviones de la Fuerza Aérea para el espectáculo.
También participaron activamente los integrantes del grupo de la empresa de fumigaciones aéreas “Charles Chalkling”, que hicieron pasadas demostrativas con el avión fumigador que, en lugar del líquido con que trabaja habitualmente, dejó caer humo desde las alas, y también con el avión escuela que tiene la empresa se hicieron vuelos de saludo.
También exposiciones
Las actividades organizadas por el Aero Club Paysandú para toda la jornada del domingo se vieron acotadas por el estado del tiempo, y también por dos aviones taxi que aterrizaron en el aeropuerto trayendo turistas a cotos de caza en estancias de la zona. En el parapente hubo exposición de equipos a cargo de Manuel Fernández con su grupo, aunque no pudieron realizar vuelos.
Otra de las atracciones fue “El tero”, el avión ultraliviano fabricado en Paysandú por Alfredo Sánchez y un grupo de mecánicos, que no pudo decolar por la intensa actividad que hubo en el aeropuerto y las reglamentaciones vigentes.
En cuanto al aeromodelismo, hubo una pequeña muestra de lo que hay en Paysandú, ya que los fanáticos de estos vuelos con pequeñas máquinas harán un encuentro el sábado 22 y domingo 23 con invitados internacionales y el apoyo del Aero Club Paysandú, oportunidad en que se podrá disfrutar de los vuelos de los pequeños aviones y algunas novedades, como los aeromodelos con motores eléctricos que hacen maniobras diferentes a los que tienen motores a explosión.
Un día “muy corto”
El helicóptero de la Fuerza Aérea vino como respaldo para eventuales traslados médicos de emergencia (que afortunadamente no fue necesario) y también para hacer algunos vuelos sobre la ciudad.
De todas maneras, la seguridad en caso de siniestro estaba prevista incluso con una salida alternativa directa desde el aeropuerto hasta la ruta 3 para que no tuviera que trasladarse por las calles internas desde el aeropuerto.
“El día fue muy corto y los aviones tenían que volver a Montevideo y llegar allá con luz”, dijo Demichelis sobre el poco tiempo que se pudo disfrutar de este espectáculo aéreo.