Deportes | 17 Jun URUGUAY 1 ESPAÑA 2
Escenario: Estadio Arena Pernambuco de Recife.
Arbitros: Yuichi Nishimura, Toru Sagara y Toshiyuki Nagi (Japón).
Uruguay: Fernando Muslera, Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Diego Godín, Martín Cáceres, Diego Pérez (68′ Diego Forlán), Walter Gargano (62′ Nicolás Lodeiro), Cristian Rodríguez, Gastón Ramírez (45′ Alvaro González), Luis Suárez y Edinson Cavani. DT: Oscar Tabárez.
España: Iker Casillas, Alvaro Arbeloa, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba, Xavi (75′ Javier Martínez), Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Cesc Fábregas (64′ Santiago Cazorla), Pedro Rodríguez (81′ Juan Mata) y Roberto Soldado. DT: Vicente del Bosque.
Goles: 20′ Pedro Rodríguez, 32′ Roberto Soldado, 89′ Luis Suárez.
Amonestados: Edinson Cavani, Diego Lugano (U); Gerard Piqué, Alvaro Arbeloa (E).

La noticia no es que España le ganó a Uruguay en el debut del Grupo B de la Copa de las Confederaciones, porque se veía venir. Tampoco es que Luis Suárez marcó el descuento sobre el final y que en los últimos minutos del partido los orientados por Oscar Tabárez simularon una reacción, aunque no pudieron salir del 2 a 1 a favor de la Furia.
La noticia es, sin dudas, que el resultado fue un fiasco, que el campeón del mundo le hizo a Uruguay, por suerte, un precio más que importante, dejando pasar la posibilidad de ganar por goleada.
Es que Uruguay no fue rival para el combinado español. Fue tanta la superioridad de los conducidos por Vicente del Bosque desde el banco técnico, y por varios nenes adentro de la cancha, que hicieron todo lo que se propusieron, jugaron cómo y dónde quisieron, dejando en blanco a una selección que dejó el celeste para vestir de ese color neutro.
Los rojos jugaron a placer, y Uruguay nunca pudo encontrar la forma, no de mirar al arco rival, sino de parar a una España que parecía jugar con el doble de futbolistas.
La diferencia entre uno y otro fue más de la que se preveía. O quizás se soñaba. Los orientados por Tabárez no recuperaban el balón y, en las pocas situaciones en la que lo hicieron, se la dieron nuevamente a los españoles, que una y otra vez amenazaron el arco de Muslera.
La apertura del tanteador llegó por intermedio de un remate de afuera del área de Pedro que Lugano, en su afán de rechazar, terminó por cambiar de trayectoria.
La superioridad era notoria, a tal punto que lo más claro de Uruguay fue un tiro libre de Suárez, llovido, que Cavani intentó cabecear sin darle destino al balón. Y como respuesta, Soldado marcó el segundo de la Furia
Para el complemento la selección uruguaya intentó cambiar en cuanto a nombres y actitud futbolística, pero sin suerte más allá de que España bajó las revoluciones.
El inesperado descuento llegó sobre el final, justo cuando Uruguay insinuaba una posible recuperación. El tiro libre de Luis Suárez terminó en un golazo que no sirvió para otra cosa que para maquillar el resultado final del partido, y sumar una derrota decorosa.
Porque, en realidad, pudo haber sido una noche fatal. Uruguay jugó a la nada misma mientras que España sacó a relucir prácticamente todo su arsenal.
Casi todo, porque le faltó liquidar el partido, seguir sumando goles para reflejar el trámite no solo con la tenencia de la pelota, sino en el arco adversario.
Pero se apiadó. Y Uruguay terminó por agradecerlo.