Opinion | 12 Jun Aunque faltaron algunos sectores de la ciudad (el carnaval por ejemplo) sin lugar a dudas el desfile con que el 8 de junio pasado la ciudad celebró su sesquicentenario fue el mejor en mucho tiempo.
No hubo mucho público en las aceras de 18 de Julio pero eso se debe a que no hay costumbre de concurrir a un desfile al mediodía, más allá que sea lo usual en muchas partes del mundo. Pero los que lo disfrutaron demostraron su entusiasmo a cada instante, con aplausos, risas y expresiones de asombro.
No fue un desfile espectacular sino sencillo. Los sanduceros de diferentes sectores sin efectuar grandes gastos brindaron un excelente espectáculo. Estuvo nuestra historia, nuestros logros, nuestros recordados hombres y mujeres, nuestro presente. Y hasta aquí llegaron personas de otros departamentos a participar y darle brillo.
Inevitablemente, recordó los primeros desfiles de Paysandú Ciudad, donde había una masiva participación de escuelas e instituciones. Por alguna razón eso fue interrumpido, pero felizmente este año se recuperó.
Conviene entonces insistir en la necesidad de que toda la comunidad comprenda la importancia de celebrar el cumpleaños de la ciudad. De lo hermoso que es ver a nuestros niños, adolescentes, soldados, policías, marineros, instituciones de servicio, deportistas y más, por la arteria principal.
Si este fue bueno, el del año próximo tiene que ser mejor, porque aquellos que en esta oportunidad no participaron deberían estar en el próximo. Y también conviene reiterar que Paysandú merece contar con bandas juveniles de música. Instituciones públicas y privadas y hasta la propia Escuela de Música de la Intendencia.
Sin dudas que cada iniciativa de este tipo tiene un costo económico importante, pero -como expresa una publicidad de una tarjeta de crédito- el resultado no tiene precio. El desfile del pasado 8 de Junio volvió a mostrarnos las buenas cosas que podemos hacer con elementos sencillos. Y entusiasmarnos con el resultado.
Quien podría comenzar sería la propia Escuela de Música con sus estudiantes y crear una banda de desfile que mucho necesita la ciudad. Esa iniciativa podría ser seguida por otros, tanto colegios privados como liceos públicos. Instancias para regocijarnos hay y varias. Solo hay que iniciar el camino. El tiempo es hoy.