Paysandú, Jueves 20 de Junio de 2013
Rurales | 20 Jun Dadas las ventajas agronómicas del cultivo de sorgo, el precio de este grano respecto a los otros y el hecho de que, a pesar de la gran variabilidad entre genotipos (que podría ser el principal condicionamiento), “hay pruebas de que tratamientos de fácil aplicación tienen gran impacto en su aprovechamiento, sin duda, este grano representa una gran oportunidad para mejorar la producción animal en nuestro país”, dijo a EL TELEGRAFO el doctor José Repetto.
El profesional expuso en el Simposio de Producción de Leche, en el marco de las recientes Jornadas Uruguayas de Buiatría en Paysandú, sobre el aumento de la participación del grano de sorgo en las dietas de rumiantes, preguntándose si es una oportunidad o condicionamiento para el logro de niveles altos de producción.
Manifestó que el grano de sorgo “es ampliamente utilizado en el país, aunque la información internacional de que se dispone es limitada y a nivel nacional existen contradicciones en cuanto a resultados de su aplicación en el sector productivo. Esto hace que el estudio de este grano sea de especial interés para nuestra región”.
Explicó que luego de muchos años de vaivenes en su crecimiento, “la producción de grano de sorgo parece afianzada, duplicándose las cantidades producidas respecto a las de hace una década. Ese crecimiento no se basó en la comercialización del grano en el mercado internacional, favorable para los granos forrajeros, sino en el uso interno destinado a la alimentación animal. Si bien el grano de sorgo no se exporta en forma directa, lo hace a través de su participación en cada tonelada de carne, quesos y leche en polvo que sale al exterior”.
Indicó que la producción de grano de sorgo alcanzó en la zafra pasada en Uruguay “niveles históricos máximos, tanto en lo referido al área sembrada, que se triplicó, como a la producción total y rendimiento por hectárea. El área sembrada fue de 88.000 hectáreas y la producción de grano de casi 400.000 toneladas. Pero esto es sólo una parte, la declarada a DIEA y que es destinada a la producción de grano seco”.
Si se calcula el resto del área sembrada, de acuerdo a la importación de semillas para siembra, la superficie estimada de sorgo llegaría a las 250.000 hectáreas como media para los últimos años. El área no considerada por DIEA es destinada principalmente a la producción de grano húmedo, aunque también una parte se destina a la confección de ensilaje de planta entera y a la implantación de verdeos de verano.
Si bien por el momento el grano de sorgo presenta restricciones para la exportación, se espera su incremento a pedido de la producción animal. Este crecimiento basado en las demandas locales tiene perspectivas de futuro favorables, de acuerdo a las propias del sector lechero y cárnico.
El ejercicio pasado mostró un récord en cuanto al ingreso neto por hectárea para los productores lecheros (605 U$S/ha para la media de los productores agrupados en Fucrea), con un mercado externo que continua ávido de lácteos. A esto se suma la utilización creciente de grano por parte de los productores de carne, originada por la intensificación de todos los procesos productivos y particularmente por el aumento de los engordes a corral.
Todo hace pensar que la demanda interna seguirá incrementándose desde el sector lácteo y de producción de carne. Además, el cultivo de sorgo es adecuado para incluir en los esquemas de rotaciones para controlar la erosión de los suelos de acuerdo a los Planes Pilotos de Uso y Manejo de Suelos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
relación
“El grano de sorgo muestra históricamente una relación de precio favorable al compararlo con el maíz”, precisó el profesional de Facultad de Veterinaria. “Esta relación muestra una ventaja comparativa nada menor en la utilización del grano de sorgo como fuente energética para los rumiantes. La diferencia en el aporte de nutrientes entre los dos granos es mucho menor que la diferencia en los precios. A esta ventaja se suma el hecho de que el cultivo de sorgo puede prosperar en lugares no favorables para el cultivo del maíz”, aclaró.
Para Repetto, los productores “conocen estas ventajas y eso se refleja en el aumento sostenido en la producción de sorgo: 250.000 hectáreas de sorgo versus 140.000 de maíz potenciales de siembra en los últimos dos años. Sin embargo, ciertas restricciones atentan contra un crecimiento aún mayor. Son las mismas que dificultan la comercialización internacional y se podrían resumir en la gran heterogeneidad que presentan los diferentes granos, la mala calidad de algunos productos y la falta de indicadores claros de calidad del grano”.
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