Opinion | 21 Jun Fue inaugurado en la víspera el concurso de cocina local, nacional e internacional, “Cocinarte”, esta vez con sede en el gimnasio del Liceo Nº1. Se trata de la décima edición y sin lugar a dudas se trata también del más importante certamen gastronómico de la región y obviamente de todo el país. Cada año llegan mayor cantidad y más destacados participantes y eso es un aliciente para la ciudad, más allá que no se realice en la temporada alta de turismo. Pero el perfil no es de un festival gastronómico sino de un concurso de cocina, por lo que en realidad los visitantes son los propios concursantes.
Hay sí, en el mundo grandes festivales de cocina, que reciben a decenas o cientos de miles de visitantes cada año. Entre los de mayor destaque no pueden olvidarse el Maine Lobster Festival, de Rockland, Estados Unidos en agosto, con más de 60 años; el Garlic Festival, de la isla de Wight, Inglaterra, en el mismo mes, dedicado al ajo; el Gal way Oyster Festival, que se realiza en agosto en esa ciudad irlandesa desde 1954; y obviamente el Crave Sydney International Food Festival, que durante todo octubre tiene lugar en Sidney, Australia.
“Cocinarte” en Paysandú, a lo largo de los años se ha ido afianzando como un concurso de gran prestigio, adonde llegan equipos de cocineros de todo el país pero también de varios otros países. Es la gran oportunidad anual de encontrarse entre sí los más destacados cocineros junto a los estudiantes que esperan construir una carrera entre sabores, ollas y sartenes.
No solamente en la competencia radica la trascendencia de “Cocinarte” sino también en los tiempos de intercambio y conocimiento mutuo. En ese sentido, el festival es insuperable y crece año a año, aumentando su prestigio por el rigor y la calidad de los jurados.
Queda aún definir si no sería apropiado abrir con mayor la amplitud la participación del público no ya en apreciar la competencia y acceder a una degustación limitada, sino concretamente hacer una fiesta gastronómica además de un concurso.
No puede desconocerse que este año algo de eso hay, con comidas que se venderán con fines benéficos. Tampoco puede olvidarse la marca del chivito más largo del mundo. Pero quizás el nuevo decenio sea la oportunidad esperada para sin perder la característica de gran certamen gastronómico que lo caracteriza, se convierta además en un verdadero festival con grandes comidas, atrayendo no solamente comensales locales sino también de la región.
Eso, claro, está en el futuro. Hoy “Cocinarte” celebra 10 años. Y eso es bueno.