Locales | 19 Jun QUEBRACHO (Por Aldo Boffano). El Liceo de Quebracho ha logrado avances en cuanto a programas y ampliación de posibilidades para terminar la enseñanza secundaria. Sin embargo, al multiplicar su matrícula, enfrenta un nuevo desafío, la falta de salones. Además, la participación de los padres en las actividades del liceo resulta escasa.
La directora del liceo, Estela Etchecopar, expresó a EL TELEGRAFO que ha “iniciado el ciclo lectivo del año 2013 teniendo en cuenta todo lo que pide el Consejo de Educación Secundaria, respetando la fecha de comienzo. El liceo tiene un Ciclo Básico matutino con aproximadamente 280 alumnos y un Segundo Ciclo vespertino con 150 estudiantes”, donde las orientaciones son Biológica, Humanística y Economía, que catalogó como “otro de los logros importantes a este nivel para Quebracho”.
El centro educativo cuenta además “con 30 alumnos con un programa de educación especial denominado PUE, que es para adultos y quienes participan, cuando terminen tendrán el ciclo básico completo”, lo que consideró “otra de las conquistas más grandes. Se llevan adelante desde hace dos años, cuando solicité un liceo nocturno y ofrecieron esto”.
“También hemos logrado un cuarto año con un grupo grande de inscriptos”, del tipo “libre asistido y vamos a empezar a funcionar muy pronto, contándose con la autorización jerárquica y todo lo necesario para ello”, indicó Etchecopar.
El cuerpo docente está integrado por 70 profesores, de los cuales 15 son de Paysandú, y el resto de Salto. “Hay tres funcionarios de servicio que son de Quebracho. Se cuenta además con una secretaria, una administrativa y una adscripta de Quebracho y tres de Salto”, acotó.
Inasistencias Y CARENCIAS
Sobre las inasistencias de los profesores, Etchecopar explicó: “Los docentes tienen inasistencias y es entendible, a veces por licencias médicas, otras por artículos especiales por coincidencia de reuniones o exámenes en otros centros educativos o por cursos que deben concurrir a Montevideo, y de no ser así, el docente tiene al año cinco días de artículo para justificar sus inasistencias”.
Al ampliarse el número de alumnos, el liceo enfrenta un nuevo desafío: las carencias edilicias. “Se multiplicó la matrícula y hay carencia de salones, de un laboratorio más amplio, el que existe es genérico y necesitamos uno para cada asignatura y uno especial para astronomía disponiendo de telescopio y profesor asignado”, detalló.
Gestionado el asunto, expresó que “el año pasado, vinieron el consejero Guasco con arquitectos del CES, hicieron el relevamiento y si bien se nos dijo que se haría a futuro, aún no se ha concretado”, aunque el año anterior “se hizo toda la instalación eléctrica nueva, pero no alcanza todavía. Seguimos en contacto permanente con la arquitecta residente para concretar más cosas”.
Escasa participación
No existe hoy Comisión de Padres (APAL) “pues no hemos logrado conformarla. Sí tratamos de formar el Consejo de Participación. En realidad ya se ha formado pero necesitamos reunirnos”.
Etchecopar percibe que “hay padres que obviamente pretenden la educación para sus hijos y asisten cuando hay una reunión pero hay muchos a los que no conocemos a pesar que los llamamos por temas de sus hijos”. Los cambios sociales “nos obligan demasiado, y le digo a los padres: reflexionemos, que no se aparten de sus hijos, que tienen que estar siempre presentes. El liceo solo no puede”.
Lamentó que las adicciones afecten “mucho y no tanto en los jóvenes más grandes sino que en los más chicos”, estimando que deben ser apoyados por sus padres para lo que “se aspira a contar con un equipo multidisciplinario” que brinde apoyo en este aspecto. “Las malas conductas que notamos son” en muchos casos “por las adicciones”, destacó Etchecopar, quien instó a los padres “a acompañar las actividades de sus hijos y del liceo que pocos padres lo sacaron adelante y ahora que son muchos más es difícil juntarlos para poder tener un liceo de lujo”.