Opinion | 19 Jun La reciente visita a Paysandú del director de Ancap, Juan Gómez, permitió a través de sus expresiones establecer un cuadro de situación para el sector industrial, fundamentalmente, pero seguramente también para numerosos sectores de actividad y la propia población, a partir de la anunciada instalación de la planta regasificadora en Puntas de Sayago, para reducir la dependencia y cambiar la matriz energética.
Es que como bien señala, el gas natural que se importa desde Argentina es caro, y a la vez ha creado una dependencia significativa por la postura de nuestros impredecibles vecinos, debido a sus necesidades internas y políticas indescifrables de subsidios que han desalentado la inversión también en el área energética.
Con la regasificadora, explicó, el gas natural será “nacional” y se contará con depósitos propios para abastecimiento, a la vez de procurarse mecanismos de transporte, que podrían incluir la congelación del energético, todo lo que todavía está en fase de estudio, desde que como es sabido, las decisiones en el Uruguay se adoptan en función de Montevideo, donde está el gran consumo en este caso, y el Interior es una pieza secundaria en el esquema de las decisiones de gobierno.
Igualmente, habrá necesidad de vender el producto, porque se supone que la planta necesita un gran consumo para justiciar la inversión, sobre todo cuando Argentina no va a intervenir en el proyecto, como se preveía en el proyecto inicial.
Igualmente, aseguró que habrá un precio “razonable” del producto, con vistas a desarrollar y conquistar mercados, tanto en los hogares como en el aspecto industrial y en el propio transporte, con la expectativa de que taxis y ómnibus, los grandes consumidores de combustible, puedan reconvertirse al gas natural comprimido si el precio es adecuado.
En suma, con seguridad de suministro y de precios, en el mejor de los casos, se abrirá un escenario distinto y sobre todo mejor en la matriz energética, que se agrega a la reconversión a energías renovables en el caso de la generación de electricidad y aditivos de biocarburantes, que hacen prever una mejora respecto a dependencia y en la factura petrolera, lo que es muy positivo, por cierto.