Opinion | 24 Jun El Consejo de Ministros se reunirá hoy para adoptar las últimas decisiones, antes de remitir al Parlamento el proyecto de Rendición de Cuentas, en la cual “no hay razones que impliquen correcciones abruptas”, según el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, quien ratificó la política fiscal aplicada hasta el momento.
Mientras, ha recrudecido la conflictividad en los sindicatos que no desconocen que la realidad salarial no se modificará hasta 2016 y han enviado fuertes mensajes políticos, como la Asociación de Maestros de Montevideo (Ademu) que desafilió a referentes que en su momento se desempeñaron en la dirigencia gremial.
Desde el interior, probablemente los ejemplos con mayor visibilidad se enfoquen al actual subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura, Oscar Gómez, y al consejero de Primaria, Héctor Florit. Pero también quedaron fuera las consejeras Irupé Buzzetti y Mirta Frondoy y el director nacional de Educación, Luis Garibaldi.
Ademu explicó que “los maestros hemos esperado demasiado tiempo para que las actuales autoridades de la Educación” defiendan los derechos de los docentes y sus salarios. Además, apuntaron al coordinador del Pit-Cnt, Fernando Pereira, a quien solicitarán la renuncia a ese cargo en la central sindical. Pereira es funcionario de Primaria y Ademu considera que “una persona que se aleja tanto tiempo de su lugar de trabajo, deja de estar al tanto de la situación que viven los trabajadores”.
Aunque Gómez, Florit, Buzzetti, Frondoy y Garibaldi hubiesen elevado fuertemente la voz de reclamo en favor de los salarios de sus colegas, las decisiones del Ejecutivo ya estaban adoptadas desde la base. Y es bueno recordar que esa base está sostenida, además, por los parlamentarios que --seguramente-- ratificarán la iniciativa enviada desde el Consejo de Ministros.
La razón, aunque es obvia, vale destacarla. En ambas cámaras existe la mayoría parlamentaria necesaria que finalmente no votará en contra del proyecto remitido por el propio gobierno. Y también es bueno recordar, aunque es obvia la razón, que diputados y senadores no tomaron esos lugares por asalto, sino que se encuentran allí por libre decisión y voto de los ciudadanos, incluidos los sindicatos.
Así que dadas las actuales condiciones, habrá que girar la cabeza y mirar con atención el desempeño de los legisladores, que debido a esa mayoría aparecen con el “voto cantado” y más aún cuando transitamos un año preelectoral, que sin duda oficia como una interesante variable de ajuste para que permanezcan en esos cargos.