Rurales | 26 Jun Las escasas lluvias de junio permitieron a los agricultores de la región sembrar el área que tenían determinada para cultivos de verano, por lo que se estima estaría implantada alrededor del 70 al 90 por ciento del área de trigo, aunque también hay coincidencia entre operadores en una caída del área de cebada.
“En cuestión de dos días se completa el área de cebada y con condiciones muy buenas, debido a un mes de junio que desde hace muchos años no teníamos con tan buena humedad para el trabajo”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo José Cristaldo, técnico de la empresa Baselto.
Indicó que en la cebada “se redujo un 70% el área de siembra respecto al año pasado, en tanto el porcentaje logrado de trigo es bastante mayor. En mayo la gente estaba algo indecisa, pero como posteriormente se dieron condiciones buenas y mejores perspectivas de precios, la apuesta al trigo fue mayor”.
Respecto a los materiales utilizados, manifestó que en la cebada “dependía de algunos materiales que veníamos usando; los ciclos largos se agotaron bastante rápido y después se utilizaron ciclos intermedios”. En cuanto al trigo, “fue bastante marcada la siembra de ciclos intermedios a cortos”, aclaró. Acotó que las implantaciones, de acuerdo a lo que se ha visto hasta ahora, “ha sido excelente”.
Si bien el mes de mayo fue algo complicado en materia de implantación, junio fue totalmente atípico en las condiciones climáticas, lo que permitió acelerar la siembra y “hoy ya debe haber 90% del área total sembrada a nivel país”, sostuvo el ingeniero agrónomo Jorge Beceiro, gerente de insumos y semillas de Copagran.
En cuanto a la disponibilidad de semilla, el profesional sanducero dijo a Tardáguila Agromercados que ya no hay, y que se observa que a nivel de trigo el área se mantendrá y será muy similar a la del año pasado. Respecto a la cebada, consideró que los planteos de los productores han cambiado y es allí donde se verá una caída en el área, estimada en aproximadamente 50%. “Este año el área de cebada probablemente baje a la mitad”, consideró, a pesar del esfuerzo que han hecho las malterías por mantener el área productiva.
Beceiro dijo que esta baja en el cultivo de cebada viene definida de antes, producto de las complicaciones de la zafra pasada, que para algunos productores fue una “mala experiencia”. Y agregó que “los costos han incidido notoriamente, principalmente el flete; hacia el norte del Uruguay se ve producción de cebada pero hacia el litoral es un cultivo que no resulta atractivo para los productores”. El panorama para el trigo es completamente distinto si se tiene en cuenta los muy magros resultados obtenidos en la zafra pasada. Se estima que el área respecto al año pasado se mantendrá y hoy en día los precios internacionales acompañan. A nivel de Copagran se han sembrado para esta zafra 20.000 hectáreas de trigo.
Según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la zafra de invierno pasada se sembró un total de 549.000 hectáreas entre trigo y cebada, de las que 435.000 fueron de trigo.
Región
En la región el mercado está totalmente invertido. Los precios por la escasa producción disponible se dispararon especialmente en Argentina, donde hay un alto componente de especulación. Se hace sentir la muy mala cosecha del año pasado, tanto en cantidad como en calidad.
Es así que los precios por el trigo disponible superan por muy amplio margen los valores manejados para la próxima zafra. En Argentina el contrato de julio en el Mercado A Término de Buenos Aires mostró operaciones por hasta U$S 520 por tonelada.
El gobierno argentino cerró las puertas a negocios de importaciones desde Uruguay. Se manejó un negocio por barcazas desde Nueva Palmira por 25.000 toneladas, que estaba concertado y que fue parado por la Secretaría de Comercio Interior.
En Uruguay, Monitor Agrícola informó sobre consultas desde Brasil por trigo disponible aunque con un margen acotado para la salida de grandes volúmenes por barco sobre Nueva Palmira en el corto plazo.
Habría cierta flexibilización en las condiciones de calidad del cereal. Los valores pasados por trigo nuevo en el mercado local van entre U$S 240 y U$S 245 por tonelada sin oferta del lado de los productores. Para trigo disponible a fijar se dieron referencias sobre U$S 270-U$S 275 por tonelada.