Opinion | 29 Jun De acuerdo a lo que se ha informado desde esferas de gobierno, el Poder Ejecutivo tiene ya definido enviar un proyecto de ley al Parlamento para no devolver los excedentes del Fonasa, apuntando a destinar ese dinero, que suma poco más de cincuenta millones de dólares, a salud y políticas sociales.
Si el fin no justifica los medios, acá tenemos un claro ejemplo de lo que sería una buena intención, pero pasando por arriba el ordenamiento jurídico. Expertos coinciden en que eliminar de golpe y porrazo la devolución del excedente de aportes al Fonasa es lisa y llanamente crear un nuevo impuesto, aunque existe la posibilidad de que puedan manejarse argucias legales para que haya cierto “neblinoso” respaldo jurídico para esta decisión.
El presidente del Colegio de Abogados del Uruguay (CAU), Dr. Bernardino Real, dijo a El País que la asociación decidió pasar el tema a su Comisión de Derecho Tributario para que realice un informe, en base al cual se adoptará una posición, en tanto para Bernardo Porras, del Estudio Hughes y Hughes, el planteo que se discute en el gobierno de no devolver los dineros pagados en exceso por particulares al Fondo Nacional de Salud “es ilegítimo por donde se lo examine”.
“Lo básico de un Estado de Derecho es precisamente que el Estado ajusta su actuar al derecho, y no al revés. Pues bien, el derecho indica que en este caso el dinero se debe devolver”, sostuvo.
Este es precisamente el punto, porque los dineros que se cobran de más a los contribuyentes deben devolverse en la medida del exceso pagado, porque evidentemente estamos por lo menos ante una apropiación indebida punible como figura delictiva en nuestro ordenamiento jurídico, como se aplicaría en los casos de particulares. Sería como si el almacenero que cobró de más determinado producto, en lugar de devolverle la plata al cliente decide entregarle otra mercancía, a su antojo y porque precisa plata –y además, para gastarla en el Casino--.
Evidentemente hay necesidades de caja en el Estado, o por lo menos así lo señalan portavoces gubernamentales a la hora de considerar los planteos respecto a la Rendición de Cuentas, pero de buenas a primera y de hecho, lo que se hace es aumentar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que castiga al que más trabaja.
Por el contrario, sería una buena señal hacia los sufridos contribuyentes, que se les devuelva lo que les pertenece, por más ansiedad de recursos que se tenga, cuando se gasta más de lo que se puede y se compromete lo que no se tiene.