Opinion | 27 Jun Ida Holz, una ingeniera uruguaya de 78 años es la primera latinoamericana que ingresa a la selecta lista de pioneros de la Internet Society, por ayudar a crear la tecnología que cambió al mundo.
El Salón de la Fama de Internet es una iniciativa cuyo propósito es recordar a los pioneros y honrar a las personas que han sido importantes para el desarrollo y el crecimiento de la red de las redes.
Este año, 33 visionarios, innovadores y conectores globales fueron incorporados a la lista, entre ellos esta uruguaya. En la lista de ganadores se encuentran destacadas figuras de Internet como Richard Stallman, padre del software libre, Aaron Swartz, cofundador de Reddit y activista de la red abierta, y Dave Farber, cuyos estudios llevaron a la creación de la Internet actual, entre otros tantos.
En una larga entrevista publicada en el portal Observa, Holz indicó que proviene de una familia pobre pero educada y con una madre que al quedar viuda debió trabajar muy duro para que sus hijos pudieran ira la escuela y el liceo. La hoy distinguida ingeniera uruguaya vivió entre los 18 y 22 años en Israel, donde estuvo en el ejército y en un kibutz, luego volvió a Uruguay y estudió preparatorio mientras trabajaba ocho horas diarias para ayudar a su madre; comenzó a estudiar profesorado de Matemática en el IPA y luego fue una de las primeras mujeres que estudió Ingeniería en Computación en nuestro país.
Vivió asilada en México durante la dictadura, junto a su esposo e hijos y volvió en 1987. Por más de 20 años dirigió el Servicio Central de Informática de la Universidad de la República, desde donde ha liderado el desarrollo de la Red Académica Uruguaya y su posterior conexión a Internet a principios de la década del 90. Desde 2005 ocupa un cargo en el Directorio de la Agencia de Sociedad de la Información de Uruguay (Agesic) y ha tenido una participación muy importante en el Plan Ceibal. Las contribuciones más importantes de Holz han sido en el plano regional, tanto para la creación de Internet en sí como de organizaciones que han ayudado a su extensión, como Lacnic.
En definitiva, se trata de una profesional que vivió y fue protagonista de todos los cambios y la evolución informática en Uruguay, que por su trayectoria e influencia en otros, tiene bien merecida la distinción que acaba de recibir. Pero además constituye un ejemplo de superación constante y su historia es también un testimonio del valor del conocimiento para la mejora de la calidad de vida y como contribución a mejorar la de otros.
En un tiempo en que no siempre es sencillo transmitir valores y para qué sirve estudiar, el de esta uruguaya se torna un ejemplo necesario de comunicación y reconocimiento.