Paysandú, Miércoles 03 de Julio de 2013
Policiales | 29 Jun Los perros que arremetieron contra Lidde Criselda Lopardo, de 75 años, quien murió luego de ser ferozmente atacada por los suyos y el de un vecino, quedaron en poder de sus respectivos propietarios al culminar la investigación del caso, llevada a cabo por el Juzgado Penal de Cuarto Turno, a cargo de la doctora Gimena Alonso, en una tarea cuyo principal objetivo fue identificar a los dueños de los canes y establecer su eventual responsabilidad en lo sucedido.
Por una parte, no fueron ubicados testigos oculares del momento en que se inició el ataque, por lo que resultó imposible determinar con exactitud la causa del comportamiento agresivo de los animales, por más que las declaraciones del hermano y el vecino de Lopardo --quienes fueron los primeros en asistirla y escucharon antes de ese instante los ruidos características de una pelea de perros-- permiten presumir que la reacción de los animales contra la mujer fue motivada por su intervención en el enfrentamiento canino.
“Punto ciego”
Además de la ausencia de testigos del instante preciso en que se inició el ataque, se comprobó que los propietarios de los perros no tuvieron responsabilidad directa en la tragedia, sin contar con la dificultad investigativa que representa el hecho en sí mismo de que la mayoría de los canes eran propiedad de la propia fallecida.
“Eso nos lleva a un punto ciego en la investigación” indicó a EL TELEGRAFO una fuente directamente vinculada a las actuaciones cumplidas a nivel judicial. Los canes pertenecientes a la fallecida quedaron bajo la custodia de su hermano, ya que éste se comprometió a alimentar a los animales y a asumir las demás responsabilidades inherentes a su tenencia.
Idéntica actitud asumió su vecino, por lo que, al haberse comprobado previamente que no hubo responsabilidad alguna de los propietarios en el hecho, no surgieron elementos que les impidieran conservar los animales.
Por último, respecto al grado de relación entre el ataque canino y la muerte de la persona, si bien se confirmó que existió efectivamente un vínculo entre ambos hechos, también se estableció que hubo una fuerte incidencia de la edad de la fallecida. Luego de la agresión, la mujer estaba consciente pese a sus múltiples lesiones, pero no sobrevivió a la intervención quirúrgica a la que debió ser sometida. “Fue una terrible tragedia, pero se cumplieron todas las diligencias y no hubo responsabilidades directas” consignó la fuente consultada.
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