Opinion | 01 Jul “Tu territorio puede ser parte de la infraestructura turística del país” es la consigna con la que el Ministerio de Turismo (Mintur) convoca a participar en el Premio Pueblo Turístico.
El objetivo del mismo es promover proyectos de desarrollo local, que den impulso a la innovación y diversificación de la oferta turística, buscando aprovechar y valorizar los atributos patrimoniales y ambientales propios de la localidad y su entorno inmediato, apuntando al desarrollo local sostenible, para localidades de hasta 3.000 habitantes.
Al respecto, el coordinador del Programa Mintur/BID para los departamentos de Paysandú y Salto, Cristian Pos, estableció que el premio apunta a desarrollar incentivos para que las localidades de hasta 3.000 habitantes se integren a la oferta turística del país, promoviendo el desarrollo local mediante propuestas turísticas, apoyando las mejoras en infraestructura, prestaciones y difusión.
Pos dijo a EL TELEGRAFO que podrán presentarse establecimientos, empresas, ONG, asociaciones, comisiones de fomento y vecinales con personería jurídica. Los proyectos presentados deberán ser ejecutables en nueve meses y la comunidad será quien se beneficie de los resultados del mismo. El premio será en efectivo por un monto de U$S 30.000, que se aplicará a la ejecución del proyecto premiado.
La postulación será en dos etapas. La primera ante el gobierno departamental, que seleccionará sólo una propuesta por departamento, que se presentará ante el Ministerio de Turismo y Deporte para la elección final mediante un jurado. El proceso de selección se hará en ambos casos mediante una Guía de Calificación.
Guichón y Meseta de Artigas, en Paysandú, así como Belén, en Salto, no podrán presentarse en este concurso debido a que el ministerio ya tiene otros Fondos Concursables destinados a esos territorios y se aplica allí el Programa Mintur/BID.
La iniciativa del Ministerio de Turismo es sumamente interesante y presenta una oportunidad que, sin ninguna duda, Paysandú no puede dejar de aprovechar.
Según vemos, por las características del llamado, hay en estos momentos emprendimientos turísticos sanduceros en marcha que perfectamente podrían aspirar al “premio”.
Nos referimos concretamente a eventos tales como la Fiesta de la Madera de Piedras Coloradas o la Fiesta del Jabalí de Lorenzo Geyres pero, muy especialmente, debemos considerar los planes de desarrollo turístico de Casa Blanca que en primera instancia aparecen como “ideales” para aspirar a lograr el incentivo aludido. Lógicamente, será la Dirección de Turismo de la Intendencia Departamental, la que evaluará los proyectos a los efectos de determinar cual será el que represente a Paysandú, pero consideramos que dicha repartición no sólo debe estudiar las propuestas que se presenten sino que debe tomar la iniciativa en cuanto a la formulación de uno o varios proyectos para el departamento. Solamente uno será seleccionado para aspirar al incentivo correspondiente a este año, pero la formulación de otras propuestas podría ser el fermento necesario para la realización de emprendimientos para futuros concursos o para ser encarados directamente por autoridades e inversores locales.
Es así que debería tenerse presente y considerarse seriamente la posibilidad de plantear proyectos turísticos de distinta índole.
Sólo a título de ejemplo, mencionemos posibilidades tales como desarrollar algún tipo de infraestructura junto al Saladero Guaviyú, un lugar que aunque hoy solo quedan ruinas a fines del siglo XIX supo tener cerca de un millar de habitantes y contaba con plaza, juzgado, comisaría y un enorme almacén de ramos generales; o “volver a la vida” a San José del Uruguay, en las inmediaciones de Arroyo Malo, fundado por los portugueses. Allí existían, --¿existen?-- restos de construcciones, de piedras toscas, de lo que fue la fortaleza de los invasores lusitanos y más tarde campamento del general Fructuoso Rivera. También, por qué no recrear aquella hostería de Merinos donde concurrían visitantes de los lugares más distantes para disfrutar de los beneficios de la entonces afamada “agua curé”.
En sus buenas épocas, en Merinos existía una fábrica de jabones, un matadero de caballos, un saladero, una cabaña y, sorpréndase, una planta de ensamblado de automóviles 0 km de la compañía Ford. Este proyecto sumaría a la propuesta turística de la región, con base en las termas de Almirón y río Queguay, que ya se está desarrollando con éxito.
Pero también, sin entrar a particularizar, existen pequeños poblados que ofrecen un entorno natural verdaderamente atrayente como los ubicados en las cercanías del río Queguay, el Uruguay y arroyos importantes. En definitiva, las posibilidades son muchas y muy prometedoras, sólo debemos actuar de inmediato, con criterio y responsabilidad para lograr proyectos que sean verdaderamente factibles y constituyan un aporte trascendente en el esfuerzo por promover el turismo hacia Paysandú.