Paysandú, Domingo 07 de Julio de 2013
Locales | 02 Jul Ha informado en fecha reciente el ministro de Transportes y Obras Públicas, Enrique Pintado, que al final del actual período gubernamental se habrán invertido más de U$S 200 millones en la rehabilitación del sistema ferroviario.
Tal anuncio fue hecho cuando presentó públicamente la “Dirección Nacional de Transporte Ferroviario”, una nueva repartición de dicha secretaría de Estado que tendrá el cometido de atender lo relativo a dicho sector de actividad. Tal información hace oportuno reiterar conceptos ya expuestos, sobre los ferrocarriles nacionales y la errónea política que desde hace ya muchos años había inexplicablemente prevalecido, que tuvo el muy desfavorable efecto de prácticamente eliminar la presencia del transporte ferroviario en el país, no obstante ser indispensable, y de reiterar que es también indispensable la coordinación de los medios nacionales de transporte de mercaderías. En efecto, es un medio ideal para aquellas cargas muy pesadas y de gran volumen.
La actual limitación de su presencia ha tenido el efecto de que las mercaderías, en muy alto porcentaje, se deban transportar en camiones, lo cual ha incidido para generar el deterioro que han sufrido las carreteras, precisamente en circunstancias en que la extensión importante de la forestación ha incrementado los volúmenes transportados, y su consecuencia inevitable, es decir los severos daños causados a los pavimentos.
El ferrocarril es, por otra parte, medio especialmente apto para una buena organización logística que realice la conexión de puertos y centros urbanos, por tanto algo hoy limitado por el importante déficit de sus servicios.
Emerge de lo muy sintéticamente expuesto lo indispensable que es la restauración de sus servicios, lo cual ha de poner fin a sus efectos desfavorables sobre las rutas nacionales, y paralelamente sobre los montos que se deben destinar a la reparación de los daños que la intensificación de las grandes cargas por carreteras ha causado. Tales montos para la reparación de carreteras serán menores funcionando los ferrocarriles, pues se verán rebajados a lo que normalmente corresponda.
Si bien la restauración ferroviaria exige la inversión de muy grandes recursos financieros, se debe recordar que, una vez realizada la inversión para restaurar los servicios ferroviarios, se reduce tal suma a lo que es normal, a lo cual se ha de agregar que en condiciones normales la administración de los ferrocarriles es responsable de atender el mantenimiento de vías y material rodante.
Por lo que son los servicios de los ferrocarriles, tal como en esta columna se señaló en anterior comentario, un técnico nacional que actúa en el país hizo público hace poco tiempo que recién ahora se ha comenzado a advertir que el transporte ferroviario puede “cambiarle la vida al país”, y que falta desarrollar puertos para sacar la mercadería hacia el exterior; lo señalado en último término (la necesidad de ampliar los puertos aptos para grandes cargas) es notorio que está entre los temas que ocupan la preocupación de los gobernantes.
Lo expuesto, así se entiende, pone en evidencia que los pasos seguidos actualmente por las autoridades, en cuanto a la inversión tendiente a la restauración ferroviaria y a la necesidad de crear un nuevo puerto de aguas profundas, van por el buen camino, y se debe señalar, tal como sostuvo EL TELEGRAFO en su editorial del 4 de diciembre de 2012, que también sería conveniente procurar una mayor utilización del transporte fluvial hacia los puertos aptos para embarcar mercaderías hacia el exterior. Tales, sucintamente expuestos, los conceptos básicos que se entiende útil reiterar en lo relativo a la coordinación de los medios de transporte tendientes a lograr adecuada organización logística en el país.
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