Opinion | 02 Jul Con índices y porcentajes similares para todo el país, cerró el 30 de junio la campaña de vacunación masiva contra la gripe, que en esta oportunidad, prácticamente sobre el cierre, tuvo la particularidad de convocar a numerosas personas a pocos días del cierre, ante una opinión pública sensibilizada en este último período por una muerte y casos complicados por el ataque del virus de la gripe A H1N1.
En el caso de Paysandú, la cobertura ha superado la de años anteriores, con más de 15.000 inmunizados, y en todo el país se ha llegado a prácticamente 500.000 personas vacunadas, es decir una cobertura similar al promedio de años anteriores, cuando ya se ha instalado el invierno y por lo tanto deberían estar ya generadas las inmunidades en los vacunados.
El punto es que como es norma, la campaña está fundamentalmente dirigida a prevenir esta enfermedad en los denominados grupos de riesgo, es decir aquellas personas que por su edad, por ser enfermos crónicos, estar en contacto con enfermos, ser inmunodeprimidos o por naturaleza son proclives a contraer esta afección, con las complicaciones del caso.
Entre los grupos de riesgo, el que mejor responde, como es tradicional, es el de los adultos mayores, que fueron los receptores de la mayoría de las dosis, y le siguen los enfermos crónicos, sobre todo con enfermedades cardiorrespiratorias, y los inmunodeprimidos, así como el personal de salud, el que paradojalmente tiene también bajos porcentajes de respuesta.
Pero donde menos se ha tenido receptividad es en los niños y en las embarazadas, que no es porque sí que han sido incluidos en los grupos de riesgo, por cuanto en los niños determinados virus pueden derivar en complicaciones y hasta la muerte, y lo mismo ocurre con las embarazadas y las puérperas, por cuanto en caso de contraer la gripe el niño es quien recibe las consecuencias de esta enfermedad, que si bien por lo general es de curso benigno, en determinadas situaciones puede derivar en crisis con desenlace difícil de prever.
Es por lo tanto una buena oportunidad para que las autoridades de la salud tomen nota de estos resultados, y desde ya se pongan a trabajar en la forma en que se instrumentarán políticas para tener una mejor llegada a estos grupos de población que siguen al margen de las convocatorias, pese a que en cada campaña se pone énfasis en que se lleve los niños a vacunar para quedar más o menos a cubierto de ulterioridades, con estos magros resultados.