Opinion | 06 Jul El jueves el Senado sesionó en régimen de comisión general durante casi doce horas para recibir las denuncias del senador de Vamos Uruguay Alfredo Solari y las explicaciones de la ministra de Salud Pública, Susana Muñiz, así como de las autoridades de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), encabezadas por su presidenta Beatriz Silva, respecto a irregularidades registradas en dependencias de este organismo en varios puntos del país.
El senador colorado señaló un total de doce casos de fallecimientos “en su mayoría evitables” en los hospitales públicos, y afirmó que la situación general de la salud y del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) implementado por el gobierno del Frente Amplio “es un completo caos”.
Sobre el final de su exposición el senador reafirmó que “inicié mi alocución diciendo que el sistema de salud era un caos, y un caos en progresión. Lamentablemente tengo que cerrar reafirmando esto y diciendo que no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Las denuncias refieren fundamentalmente a que hubo modificación de informes y de historias clínicas en varios hospitales luego de hechos de mala praxis médica que derivaron en fallecimientos fetales o de mujeres embarazadas, en todos los casos con responsabilidad de las autoridades ministeriales, incluyendo naturalmente a mandos medios que no hacen un seguimiento adecuado del funcionamiento de las respectivas dependencias.
La ministra a su vez no profundizó en la mayoría de los temas denunciados por Solari y criticó que se hable con “liviandad” de muertes evitables cuando se trata de un término técnico que requiere de una investigación previa para ser concluyentes.
Pero su exposición, en lugar de responder a los aspectos puntuales denunciados, apuntó a la globalidad, presentando indicadores que a su juicio demuestran el avance del Sistema Nacional Integrado de Salud y contraatacó la tesis del senador colorado sobre el “deterioro progresivo” del sistema. Sostuvo que la “reforma de la salud tiene cinco años --está en su primera infancia-- y recién en cinco años más me van a poder decir si hay un deterioro progresivo o me van a terminar felicitando, como creo que va a ser”.
Lamentablemente, más allá de la exacta fidelidad o no de cómo ocurrieron los hechos a que refieren las denuncias del senador colorado, la secretaria de Estado respondió con apreciaciones políticas y generales, con datos genéricos en cada área que no van al fondo del asunto y de la investigación que necesariamente requieren estos hechos.
Es decir que desde el ministerio no se ha transmitido la tranquilidad que necesita la población, sobre todo los usuarios de ASSE, en el sentido de que se habrá de investigar las denuncias hasta las últimas consecuencia y que se corregirán los serios problemas en la atención que habrían sido el factor generador de las malas praxis y desenlaces traumáticos.