Deportes | 12 Jul Juan Verzeri no quiere dejar nada librado al azar y anoche, mientras el plantel descansaba en el hotel, ya en Estambul, se sumergió junto a sus compañeros de cuerpo técnico en un estudio pormenorizado de Francia, el rival ante el que mañana Uruguay se enfrentará en búsqueda del título del Mundial Sub 20.
El ingeniero observó cada movimiento del equipo rival ante Ghana, seleccionado al que Francia venció por 2 a 1 para acceder a la final. Y se detuvo en el desempeño individual.
Hoy a la mañana se volverá a hacer hincapié en ese aspecto, con la intención de no encontrarse con sorpresas e intentar contrarrestar a los galos. Y en la tarde, previo a lo que será el movimiento táctico de los celestes, se reunirá al plantel para darle a conocer detalladamente las virtudes y los errores de un equipo fuerte y de buen fútbol.
Lo cierto es que Uruguay terminó por sorprender a propios y extraños. No porque los celestes no tuvieran un buen plantel, sino porque en el desempeño previo, a lo largo de la etapa de preparación, el equipo no había respondido de acuerdo a lo que se podía esperar.
Por eso, la realidad es que la delegación viajó a Turquía sin que demasiadas miradas estuvieran posadas sobre ella. Pero poco a poco fue atrayendo toda la atención, escalón tras escalón.
Verzeri es otro que no contaba con toda la confianza. El equipo no funcionaba, no había mostrado el rendimiento esperado en la preparación y, para colmo de males, en el partido debut el entrenador tuvo responsabilidad, con la integración del equipo, en la derrota cosechada ante Croacia.
Pero con el paso de los partidos le encontró la vuelta. Y en los últimos compromisos optó por mantener un mismo equipo, darle identidad a un Uruguay que ahora sabe a qué juega, y que ha tenido no solo entrega sino momentos del fútbol que podría esperarse.