Deportes | 12 Jul La seleción uruguaya de fútbol Sub 20 vive horas soñadas y en medio de gran expectativa, teniendo en cuenta que mañana tendrá la posibilidad de jugar nada menos que la final del Mundial de la categoría, que se disputa en Turquía.
Con lo que fue la victoria por penales frente a Irak, tras un durísimo partido que tras el alargue terminó igualado 1 a 1, los celestes se ganaron el derecho de enfrentar a Francia en el partido por el título.
Será la segunda vez que una selección celeste está en la definición del Mundial Sub 20, luego de que en 1997, en Malasia, aquel combinado orientado por Víctor Púa fuera vicecampeón al perder la final ante Argentina, por 2 a 1.
Pero la de mañana será otra historia. Eso sí: tan o más complicada.
Los futbolistas llegaron a Estambul, la sede del partido final, y se sumergieron en el hotel dado que se optó, para resguardar el aspecto físico y dar un poco de descanso, poder entrenar solo hoy.
La mayor preocupación del cuerpo técnico pasa lógicamente por el aspecto físico, teniendo en cuenta no solo que algunos jugadores están algo sentidos, sino que se pretende aflojar tensiones dado el gran esfuerzo que significaron los últimos partidos y que, ante Irak, se jugaron nada menos que 120 minutos intensos.
Felipe Avenatti continúa rengueando, Gianni Rodríguez sigue golpeado en un gemelo y seguramente no entrenará hoy, cuando a las 19 y en el Estadio Olímpico, el técnico Juan Verzeri ordene el último entrenamiento previo al gran partido.
La selección va afinando detalles. Se recupera sin demasiado tiempo, pensando en el partido soñado, sabiendo que enfrentará a uno de los buenos equipos que mostró esta cita mundialista a lo largo de su desarrollo.
Mientras tanto, la FIFA ya designó a quienes pitarán la gran final, responsabilidad que cayó sobre los mexicanos Roberto García Orozco, José Luis Camargo y Alberto Morín.
Orozco dirigió a Uruguay frente a España, a la que derrotó por 1 a 0, eliminándola del Mundial y quitándole el invicto que ostentaba.