Opinion | 12 Jul Luego del “pacto de silencio” acordado en la izquierda para no hablar de la regulación del cannabis hasta el próximo 31 y aplazar su votación hasta ese día, a pedido del diputado de Liga Federal, Darío Pérez, algunos legisladores no pudieron con su genio.
Ante lo ajustado de la votación y la necesidad de lograr el tan ansiado voto número 50, se tomará este período de tiempo para convencer a Pérez de la necesidad de votar la iniciativa y demostrar una unidad en la interna partidaria.
Mientras tanto, el diputado colorado Aníbal Gloodtdofsky, anunció que decidió apoyar la ley porque es “una norma casi inédita” en América Latina y que será aprobada por “una mayoría ajustadísima”.
A pesar del “pacto de silencio”, el senador del MPP Ernesto Agazzi, aseguró que “políticamente no es conveniente cambiar un voto interno por uno externo” porque “para fortalecer al Frente Amplio a largo plazo” habrá que lograr la “unidad” interna.
Probablemente la votación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo haya servido de experiencia, cuando el diputado Andrés Lima anunció que no la votaba y debieron “transar” con el diputado del Partido Independiente Iván Posada, en torno a sus aspiraciones incluidas en la iniciativa que salió del Parlamento con varias heridas.
En tiempos extremadamente politizados parece clave para algunos referentes demostrar un discurso potente hacia la tribuna, aunque los proyectos que se consideran sean mucho más que asuntos políticos.
En los últimos días se han demostrado en la cancha algunos aspectos donde no vale ser “políticamente correcto o incorrecto”, en tanto, las iniciativas apuntan más allá. Actualmente hay varios temas en carpeta, arrojados todos juntos y a la vez.
Y es en ese desorden donde las propuestas caen y no vuelven a levantarse, dejando de lado lo urgente, mientras discuten en tono elevado a través de las redes sociales.
Porque el debate calificado --prácticamente-- ha desaparecido de los recintos parlamentarios. Ahora una idea se reduce a los 140 caracteres de Twitter, tanto da si se habla de marihuana, aborto, alcohol, inseguridad, salud, educación o vivienda.
Estos temas, que no están resueltos aún, siguen dirimiéndose desde la conveniencia política y --siempre-- oteando el horizonte electoral y cercano del 2014.