Paysandú, Lunes 15 de Julio de 2013
Opinion | 14 Jul Dejando de lado todas las motivaciones políticas que puedan haber incidido en el hecho, resulta a la vez gratificante y digna de ser destacada la encendida valoración de la figura de José G. Artigas que realizara recientemente la señora Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta de la República Argentina.
Y esto adquiere especial relevancia si consideramos que proviene de quien apoyó el bloqueo de los puentes que nos unen, incluyó a Uruguay en la lista negra (o gris) del lavado de dinero, ha puesto toda clase de trabas al supuesto libre comercio que, Mercosur mediante, existe entre ambos países y últimamente adoptó todas las medidas que se le ocurrieron para frenar el turismo argentino hacia las playas uruguayas. Para no mencionar que su mano derecha en el tema declaró que “ni en pedo” autorizaría una importación desde el Uruguay.
Sin embargo en otros aspectos, Cristina, como la conocen sus partidarios, llegó hasta a cambiarle el nombre a la hoy magnífica Ruta 14 que ha pasado a llamarse “Gral. José G. Artigas”, en honor a nuestro héroe máximo.
Posteriormente, la mandataria de Argentina encabezó una ceremonia en celebración de la fundación de la ciudad de Paraná, capital de Entre Ríos.
En este marco, reflexionó sobre la historia que une Uruguay con Argentina: “Esta bandera de Entre Ríos, cruzada por la franja roja que es el símbolo de Artigas, vivo en la tierra entrerriana, de ese Artigas que quería ser argentino (¿?) y no lo dejamos, carajo. ¿Cómo pudo haber sido posible?” Acto inmediato, Fernández pidió disculpas por haber dicho “carajo”… Luego, se lamentó de que no se haya seguido el pensamiento artiguista y que hoy en día existan dos naciones separadas.
“Me da bronca cuando uno lee la historia. Cuando uno lee la historia y ve que desde Buenos Aires le rechazaron los delegados a la Banda Oriental y por eso hoy no somos una sola nación, como tantas otras cosas que pasaron que nos dividieron y nos separaron. Uno entiende que tenemos que recorrer el camino inverso hacia adentro y hacia afuera”, sentenció la presidenta argentina.
Ignorando las críticas de las que fue objeto en este margen del Río de la Plata, la presidenta volvió a insistir en la nacionalidad de José Artigas. Durante un acto en la localidad de Pilar la mandataria, pidió “contar la historia como realmente fue”. La mandataria dijo otra vez que el prócer oriental se sentía argentino, para argumentar su postura citó el testamento del héroe nacional. “Artigas encabezaba su testamento diciendo: ‘Yo, Gervasio Artigas, argentino, nacido en la Banda Oriental’. Siempre quiso ser argentino, y no lo dejaron”, sostuvo.
Dejemos constancia que el testamento a que hace referencia la doctora Fernández es motivo de controversia pues no se conoce una prueba documental y los historiadores, razonablemente, dudan de su existencia. Pero, esto no es parte fundamental del hecho, que conociendo el manoseo argentino en todo lo que les pueda resultar de interés, terminará siendo como la argentinidad de Gardel o la propiedad del Dulce de Leche.
Sí es verdaderamente importante, histórico seguramente, que una ciudadana argentina que ostenta la misma investidura de quien fue el creador de la “leyenda negra” sobre Artigas valore de esa manera la figura del Protector de los Pueblos Libres.
En efecto, fue Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la (entonces sí) República Argentina (1868–1874) quien escribió: “Artigas es un bandido, un tártaro terrorista. Jefe de bandoleros, salteador, contrabandista, endurecido en la rapiña, incivil, extraño a todo sentimiento de patriotismo, famoso vándalo, ignorante, rudo, monstruo, sediento de pillaje, sucio y sangriento ídolo con chiripá. Ese salvaje animal que enchalecaba hombres con cuero fresco lleva por séquito inseparable el degüello y la devastación”.
Por esto, entendemos que las expresiones de la actual Presidenta de la República Argentina deben tomarse como una retractación formal de lo que sostuviera su antecesor en el cargo en la segunda mitad del Siglo XIX.
Por otra parte, la Señora Presidenta parece “mostrar la hilacha” al afirmar que “Artigas quiso ser argentino”. En realidad lo que Artigas quería, y no lo pudo lograr, era la “unión de los Pueblos Libres” y, en Paysandú tenemos el orgullo de haber sido establecida aquí la Villa de la Purificación, capital de la Liga Federal integrada por la Banda Oriental y varias provincias de la hoy República Argentina.
Por lo expuesto, convengamos en que resulta sumamente trascendente este formal reconocimiento del Estado Argentino así como la profusa actividad académica y popular que se viene desarrollando para recordar lo que podríamos denominar el “período artiguista” tan trascendente en nuestra patria como en el vecino territorio. Lo demás… bueno, habrá que tomarlo como de quien viene.
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