Paysandú, Martes 23 de Julio de 2013
Policiales | 21 Jul La transcripción total de las escuchas telefónicas realizadas a Sergio Carballo, encarcelado ayer por reclutar a menores para fiestas sexuales con consumo de droga, será una de las medidas del diligenciamiento de pruebas que solicitará mañana –a través de un documento presentado por su defensa-- el exdirector general de la comuna, Horacio De los Santos, en respuesta al pedido fiscal de su procesamiento y de la encargada de la Casita del Parque, según anunció el exjerarca municipal, quien aseguró que “los hechos sucedieron en forma absolutamente distinta de lo que se dio a conocer a través de los medios de prensa, principalmente capitalinos”, a la vez que consignó que EL TELEGRAFO “fue el único medio realmente objetivo”.
De los Santos relató que “el día martes, la persona que fue procesada me invitó a compartir un asado y, como hacía mucho tiempo que no nos veíamos, acepté y le pedí que me avisara el lugar en donde se iba a hacer”.
“Ofrecí mi propia casa”
“El miércoles por la tarde me llamó para decirme que no íbamos a poder hacer el asado porque no había conseguido el lugar, a lo que yo le dije que iba a hablar con mi mujer para hacerlo en casa. Entran por él garaje, se traen un menaje y comemos aquí, tomamos unos whiskys o unos vinos. Ante esto el me responde que no, porque me dijo ‘viene mucha gente de Montevideo y se ponen a gritar, a cantar, y eso va a traer complicaciones con los vecinos’. Ante eso yo le respondí: ‘entonces dejame ver si puedo conseguir con la Intendencia la Casita de la Playa’, pero al hablar con el encargado me dijo que ya estaba concedida. Cuando le comunico la situación a la persona que me había invitado a compartir el asado, me dice ‘entonces dejá, yo te doy el cordero, lo guardás y cuando podamos lo hacemos’, a lo que yo le contesto ‘no, dejame averiguar si lo podemos hacer en la Casa del Parque, por lo que lo que llamé al encargado, quien al rato me llamó y me confirmó que estaba libre, que podíamos hacerlo allí. Seguidamente, volví a llamar al organizador de la reunión y le dije que podía ir; le dije ‘mirá, podés ir allá a la Casita del Parque, la encargada va a estar hasta las 19, y tomás posesión del lugar para preparar la reunión”.
“Me sorprendió un poco”
“A eso de las 10 de la noche voy para la Casita, con plato y cubiertos, al llegar me pongo a hablar con la encargada y con un señor que estaba haciendo el asado; y al rato llega el organizador de la fiesta con cuatro o cinco muchachas, lo cual a mí me sorprendió un poco porque se trataba de una reunión de amigos. Me las presentaron --ya que no nos conocíamos-- pero como ellas se pusieron después a servir la comida, me pareció bien”. “Durante la reunión, yo dialogaba principalmente con la encargada de la Casita y con el hombre que estaba preparando el asado. Después, ya pasada la medianoche, tipo 0.30, llegan otros hombres a los cuales no conocía --si los veo hoy no los identifico, porque no sé quienes son-- y otras dos mujeres, pero ya mayores, de más de 30 años”.
Puntualizó que, además de las mujeres, “en la reunión había entre 10 o 12 hombres”. Recordó incluso que “yo llamé a un amigo de la Intendencia para invitarlo y menos mal que se había acostado y había tomado unas pastillas para dormir, y a otro amigo que, afortunadamente, tampoco pudo concurrir”.
“Algo extraño
en la atmósfera”
“En un momento determinado, yo ya me había tomado unos cuantos whiskies y me levanté para irme porque, sinceramente, ya no aguantaba más. Además, había comenzado a percibir algo extraño en la atmósfera de la reunión que no sé precisar porque yo estaba tomado, pero que no me gustó. En ese momento, la encargada de la Casita del Parque me pide que la lleve hasta el Corralón para marcar el horario de salida y que la trajera de nuevo a la Casita porque allí tenía su moto, ya con la intención de irse”.
“Como estaba muy frío, accedí de inmediato y, cuando iba a salir, una muchacha se sube en el asiento trasero del auto y me dice ‘llevame a mí también hasta mi casa’”. “Cuando salgo del Parque, tomo por Montecaseros, cruzo Parkway y al llegar a Benito Chain me para la Policía, con un despliegue tremendo de móviles y efectivos. Me bajo del auto y, al ver que lo revisan todo, les digo ‘lo único que tengo es una bolsa con huesos que traigo para los perros’, y efectivamente verificaron que era así. Yo me enojé incluso y les pregunté ‘¿qué es éste despliegue tan grande?, ustedes tienen que andar persiguiendo delincuentes, tienen que ir donde está el delito y no acá’. Cuando me subo de nuevo al auto, me dicen “no, espere que le vamos a hacer una espirometría, bájese”, por lo que me bajo del auto, me hacen la espirometría, da niveles altos, me retienen la libreta de conducir y me dijeron “bueno, puede irse, y bajaron a la muchacha que había subido en mi auto”.
“Luego de eso, llevé a la encargada de la Casita hasta el Corralón y, como habíamos convenido, volvimos a la Casita del Parque para que recogiera su moto. Cuando la dejé ahí, se habían ido todos los que estaban en la reunión. Creo que quedaba gente dentro de algunos vehículos, prontos para retirarse”. “Vuelvo a casa, me acuesto, y mi preocupación era qué iba pasar con el asunto de la libreta de conducir que me habían retirado”.
“A la tarde siguiente, fui a una comida en las carreras del hipódromo ya que, repito, mi única preocupación era por la alta concentración de alcohol en la sangre por la que me habían retirado la libreta; ‘vendrá un procedimiento administrativo y bueno, paciencia, cometí la falta’, pensé”.
Intendente “ofuscado”
No obstante, al regresar a su casa, “sobre el atardecer me llama el intendente muy ofuscado, malo, que me dice ‘no me avisó nada de esto, Horacio’, a lo que yo le respondo ‘¿pero de qué, Bertil? Si es un problema personal, una espirometría que dio alta, me pareció que no daba ni para avisarle’, y entonces me dice ‘no, porque hay un problema también de prostitución con menores y drogas’. ‘Ah, pero no sé nada’, le digo. ‘Yo ignoro totalmente todo eso; si es así el tema, yo ya pongo a disposición el cargo porque yo no lo quiero afectar en nada al partido’”.
El viernes recibió una citación al juzgado, pero --precisó-- “para declarar como testigo porque no dice en la cédula que concurriera con abogado. De todas formas, me llama un amigo que es abogado para preguntarme qué estaba pasando y yo le digo que me habían citado, pero sin pedir que fuera acompañado con abogado; y el me dice ‘igual yo voy a ir para acompañarte’. Cuando concurro al juzgado y entrego la citación, recién me preguntan si había traído abogado, y por suerte estaba mi amigo y le respondo: ‘sí, está él’. Allí entramos a declarar. Las indagatorias comenzaron a las cuatro de la tarde y terminaron a las una y media de la mañana”.
“Cuando yo paso a declarar, se habla de las conversaciones telefónicas que yo mantuve para hacer la reunión en la Casa del Parque, pero no se habla de la otras conversaciones telefónicas que mantuve anteriormente –que obviamente debían estar en poder de la Justicia, ya que el celular del procesado estaba pinchado-- en donde yo ofrecía mi propia casa; eso habla a las claras de que yo ignoraba por completo de que se trataba de una reunión con mujeres y drogas”.
“Baile y mujeres
semi desnudas”
“Exhibieron un video en donde había baile y mujeres semi desnudas, que no tenía nada que ver con la reunión en la Casita del Parque porque no hubo baile, ni siquiera música; esas imágenes que mostraron las habrán tomado en otro lugar y otra oportunidad. Yo se los dije, pero la fiscal no le dio ninguna importancia; y eso forma parte del documento que vamos a presentar el lunes para solicitar el diligenciamiento de pruebas”.
“Otra cosa que surgió claramente ahí es que todas estas muchachas que estaban en la reunión declararon que no me conocían y que la primera vez que me vieron fue esa noche. Asimismo, todas las otras personas que al parecer estaban involucradas en el consumo de drogas, también declararon que nunca me habían visto; o sea que Dirección de Investigaciones hacía tres meses que venía siguiendo este caso pero nunca me vio reunido ni con esta ni con otra gente, porque yo desde que asumí hace tres años en la Intendencia no hice más salidas de noche, y si salía lo hacía con mi señora”.
“Entonces, si quedó acreditado plenamente que las personas que había en la reunión nunca me habían visto, me pregunto cuál es el motivo de toda esa información que salió en donde yo, poco menos, aparezco como un traficante de drogas y de mujeres”.
La acusación que enfrenta
“El único motivo por el cual la fiscal está pidiendo mi procesamiento es porque una joven de 17 años --que el mes siguiente cumple 18-- dice que yo ofrecí dinero indirectamente a través de la encargada de la Casita, a cambio de servicios sexuales, y que dos amigas de ella escucharon cuando la empleada de la Intendencia hizo esa oferta; pero la funcionaria lo niega rotundamente”.
Añadió que la joven que formuló esa declaración es la misma que luego se subió a su auto y con la cual, durante la fiesta “estuvimos cantando juntos porque yo en las fiestas soy así, me gusta tomar unos whiskies y cantar, pero ninguna otra cosa; y todos los que me conocen saben muy bien que es así”.
Recuerda incluso que cuando cantaron juntos, él la felicitó por su voz, pero –remarcó-- “jamás la besé, hice gestos obscenos, la abracé o la toqué.
La fiscal pidió mi procesamiento y el de la funcionaria a cargo de la Casita del Parque, pero la jueza dijo que ella no estaba segura de hacerlo porque esa acusación pendía de un hilo, estaba muy en el aire, por lo que se iba a reservar el derecho de estudiar muy bien el expediente antes de resolver. Con muy buen criterio, al ver endeble esa acusación, carente de fundamento, se reservó el tiempo suficiente para estudiarlo y eventualmente incorporar nuevos elementos probatorios para poder, con pleno conocimiento de causa, pronunciarse”.
“Mucho dolor”
“Eso fue todo” aseveró, para añadir que “solo en base a la declaración de una joven la prensa nacional se ha hecho un festín conmigo, causándome una situación sumamente dolorosa porque esto ha arrastrado a mi familia, a mis seres queridos; yo soy una persona que voy a cumplir 60 años y no he tenido jamás un problema. Todos los que me conocen saben que ayudo a todos los que puedo, yo le doy para adelante en el trabajo y, en mis días libres, me gusta comer un asado y tomar unos whiskies”.
“De lo único que se me puede acusar es de estupidez por no haberme ido enseguida de la reunión; o sea que si hubiera un procesamiento por estupidez, ahí sí estaría totalmente de acuerdo” destacó por último el ex jerarca municipal.
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