Opinion | 21 Jul -- La Escuela de Música necesita mucho más espacio ¿Qué hacemos?
-- Muy sencillo, arrendamos una residencia en calle Leandro Gómez.
-- Hay que reubicar a la Defensoría de Oficio de Paysandú. ¿Alguna idea?
-- Claro, simplemente alquilamos una vieja mansión en la calle Montecaseros y está todo arreglado.
Y así podríamos seguir con uno o cien ejemplos más de los problemas locativos que padecen la gran mayoría de los organismos estatales en la ciudad de Paysandú.
Nos preguntamos si es necesario describir más carencias edilicias que afectan en la capital sanducera a la Intendencia Departamental, el Ministerio del Interior, la Justicia y tantas otras dependencias gubernamentales que están funcionando en locales tan incómodos e ineficientes como insalubres y hasta peligrosos tanto para los funcionarios como para los ciudadanos que deben concurrir a ellos para realizar sus trámites.
La situación es tal que bien podríamos encarar, en conjunto, la totalidad de los organismos estatales involucrados y la ciudadanía en general una solución radical, innovadora y que podría ser un aporte trascendente para la ciudad.
Veamos --que quede claro que esto es sólo un ejemplo y que las soluciones pueden ser muchas-- podríamos tomar los predios hoy propiedad de la Intendencia Departamental, el Banco de Seguros del Estado y la Justicia y levantar en el gran espacio delimitado por las calles 18 de Julio, Zorrilla de San Martín y Rincón un enorme edificio que albergara la mayoría de las dependencias estatales correspondientes.
Imaginamos que un proyecto de esas características podría ser una realización de gran funcionalidad y, fundamentalmente, un elemento arquitectónico con características únicas y debería transformarse rápidamente en un elemento icónico en la región.
Imaginemos que esta torre, podría albergar sin duda en varios pisos muchísimas oficinas municipales dejando el edificio actual casi exclusivamente como sede del Gobierno Departamental, Intendencia y Junta, y como lugar adecuado para las actividades protocolares de estos poderes.
Otras plantas necesitaría la Jefatura de Policía con sus diferentes dependencias así como otra reparticiones del Ministerio del Interior, ya que debería destinarse de una vez por todas al edificio “Basilio Pinilla” a la instalación de un centro cultural – turístico. También se deberían concentrar en el edificio los diferentes juzgados que actúan en la capital sanducera así como sus dependencias conexas y tantas otras reparticiones públicas que elaborar una lista completa requeriría un espacio que no es necesario emplear ahora.
Sería muy esperanzador que el edificio se construyese pensando en inaugurarlo en 2030 en celebración del Bicentenario de 1830.
También sería un aspecto a tener muy en cuenta la participación de inversores privados en la creación de este espectacular proyecto.
Pero, bajemos los “pies a la tierra” y analicemos cómo deben comenzar las cosas para llegar a un buen fin.
Sin dudas, la responsabilidad inicial del proyecto debe ser municipal. Luego se incorporarán todos los otros actores tanto públicos como privados.
Por esto, y por muchas otras razones, aparece como sumamente necesario crear en la órbita municipal una dependencia que se dedique a “soñar”, en el buen sentido del término, analizando los problemas actuales y futuros en todos los aspectos públicos de la vida ciudadana.
Hablamos de una especie de “Oficina Planificadora del Desarrollo Urbano” que orgánicamente tenga el cometido de detectar problemas y proponer soluciones a corto o largo plazo según las circunstancias.
Una oficina cuyo cometido sea convertirse en la “espina del dedo” del gobernante de turno y que independientemente del signo político del momento promueva la realización de proyectos concretos y ambiciosos para beneficio de los ciudadanos y la ciudad mediante la adopción de las medidas correspondientes.
No se trata de quitarle autoridad a nadie, menos que nada a quienes la tienen por mandato popular, pero es necesario, imprescindible que haya coherencia entre una administración y la siguiente en materia de obras públicas, así como entre los distintos organismo involucrados en ellas.
Todos estamos representados en los órganos de gobierno departamental por lo que no debería ser tan difícil ponernos de acuerdo en algunas obras clave para el futuro a corto, mediano y largo plazo.