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Paysandú, Sábado 27 de Julio de 2013

Pampa y la vía

Opinion | 25 Jul La privatización de AFE es --desde siempre-- resistida dentro de la izquierda. Los –otrora— paladines contra la privatización de las empresas públicas, se dieron cuenta que con este monstruo no pueden. No pueden invertir, no pueden reflotar, no cuentan con una estrategia para desarrollar ni salvar a un organismo que hace varias generaciones fue un orgullo nacional, en los tiempos en que se los “sacaron” a los ingleses.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, concurrió en la víspera a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, donde se encuentra a consideración la Rendición de Cuentas que en sus artículos 187 y 188, ubica a la sociedad anónima creada el año pasado entre AFE y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) en el derecho privado.
Algunos legisladores del Frente Amplio, como Felipe Carballo y de la oposición, además del sindicato Unión Ferroviaria, estiman que la propuesta es una “privatización”. De hecho, el gremio declaró persona no grata al ministro Pintado y al subsecretario Pablo Genta.
En el artículo 188 se transfiere a la operadora que funcionará bajo el derecho privado, la rehabilitación de las vías y el transporte de pasajeros, en tanto, son dos aspectos ampliamente resistidos por los trabajadores.
Además, el gobierno maneja la idea de ofrecer el retiro voluntario a un tercio de los funcionarios y declarar excedentes para redistribuirlos en otras empresas del Estado. AFE cuenta con 971 trabajadores y ofrece el incentivo a unos 390, por lo cual los funcionarios han declarado que “es la muerte” de la empresa.
El Ejecutivo sabe que en esa empresa se perciben los sueldos más bajos de la administración y que “los incentivos” --como tales-- no existen para los trabajadores que se marchan.
El presidente del directorio del organismo, Jorge Setelich, había denunciado al asumir el cargo a comienzos de 2012, las dificultades de gerenciar equipos obsoletos en todas sus áreas, la pérdida de carga y la reducción de los servicios de pasajeros.
El Ejecutivo no desconoce el informe del Banco Mundial, que concluía que AFE contaba con el peor ferrocarril del continente y que sus ingresos no alcanzaban ni para pagar los sueldos.
Además, el organismo se pierde de transportar cargas en el Litoral. Las locomotoras existentes en esta zona son del año 1962 y ya no existen repuestos para ellas.
Nadie resiste el archivo. Y aunque se quiera recordar que el fin de AFE comenzó durante la primera presidencia de Julio Sanguinetti, la izquierda está descubriendo con mucho dolor que la realidad, manda.


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