Paysandú, Lunes 29 de Julio de 2013
Policiales | 25 Jul La identidad de los hombres que contactaban al delincuente César Carballo, quien organizó –con la colaboración del exsecretario general de la Comuna, Horacio De los Santos-- la fiesta celebrada en la “Casita del Parque” y resultara procesado por explotar sexualmente a menores y facilitarles droga, fueron plenamente identificadas por las propias damnificadas y son buscados por la Policía, por orden de la jueza Penal de Segundo Turno, Karen Ramos.
Las cinco jóvenes –cuatro menores y una mayor-- que dijeron ante la Justicia haber sido reclutadas por Carballo para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero, nombraron a varios de los clientes que conseguían a través de Carballo. En consecuencia, la magistrada actuante dispuso oficiar a Jefatura de Policía para localizar a esas personas.
Había unas 12 personas
Durante las actuaciones judiciales, se estableció que un periodista sanducero y un hombre vinculado a los negocios rurales fueron invitados a la fiesta celebrada en donde se desarrolló el operativo policial y cuya concurrencia –según declaraciones efectuadas a EL TELEGRAFO por el propio De los Santos-- ascendía a una docena de personas antes del arribo de la Policía. Al igual que la mayoría de los hombres presentes –incluyendo al propio De los Santos-- el periodista y el consignatario eran aficionados a las competencias hípicas, y se hallaban en carácter de invitados en la fiesta, en donde había cocaína en la mesa a disposición de los participantes y se comprobó que varios de ellos protagonizaron actos obscenos con las menores ante la presencia de todos.
El consignatario fue indagado por la jueza Ramos, quien dispuso su libertad bajo emplazamiento, por lo que podría ser citado nuevamente a declarar.
Pleno centro y frente
a casa del Jefe
Algunas de las adolescentes explotadas sexualmente por Carballo ejercieron en más de una oportunidad la prostitución en la vía pública, en esquinas de las calles céntricas Florida y Uruguay; y en ocasiones frente a la casa que el Ministerio del Interior cede al propio jefe de Policía.
Como se informó, en febrero el propio jefe de Policia, inspector mayor (R) Alberto Camacho, ordenó retirar a varias menores que estaban ejerciendo el meretricio frente a su residencia en 19 de Abril y Uruguay. En esa ocasión, el máximo jerarca policial del departamento observó frente a su casa a adolescentes que estaban ejerciendo la prostitución, como lo hacen diariamente en otras esquinas de las calles Uruguay y Florida. Ante ello, el inspector Camacho dispuso el retiro de estas menores puntualmente. El cumplimiento de la orden, impartida directamente por el jerarca, fue derivado a través de Jefatura de Policía a la Dirección General de Grupos de Apoyo. El encargado de turno de la repartición envió personal con la orden expresa de indicarles a las menores que se retiraran, ante la prohibición de ejercer el meretricio en ese lugar. No obstante, cuando el personal policial arribó a la esquina de 19 de Abril y Uruguay, ya las adolescentes se habían retirado.
Una realidad sin variantes
La explotación sexual de adolescentes en la vía pública constituye una realidad que se mantiene prácticamente invariable, y fue puesta de manifiesto en un relevamiento practicado oportunamente por EL TELEGRAFO, a través del cual se pudo establecer que las menores que ingresan a la prostitución, cuyas edades oscilan entre 13 y 17 años, proceden de familias de contexto socioeconómico adverso, radicadas en áreas como la zona portuaria, barrio Río Uruguay, El Espejo, Tatuces Sur, Nueva York y La Chapita. Cuando ingresan al meretricio son captadas por individuos que se presentan ante ellas como “amigos” y les ofrecen acceso a clientes, sitios donde atenderlos y protección ante los peligros a los que se ven expuestas en horas nocturnas. Estas ofertas son efectivamente cumplidas por los proxenetas, a cambio de una parte del producto del ejercicio del meretricio, a través de sumas de dinero que suelen aumentar a medida que se afianza el acuerdo entre las partes. La necesidad de financiar la compra de alcohol y estupefacientes aparece como el principal móvil de la prostitución de menores.
La fiscalización del ejercicio del meretricio está a cargo de la Dirección de Investigaciones, pero actualmente se carece de un marco legal que permita combatir directamente la prostitución de menores, ya que éstas reinciden constantemente si son retiradas por la Policía y entregadas a sus responsables, en caso de ser sorprendidas ejerciendo el meretricio.
El último operativo
Esta realidad se manifestó una vez más en el operativo “Las Palmeras” llevado adelante en agosto del año pasado por la Dirección de Crimen Organizado, que permitiera desbaratar a una banda que durante al menos ocho años reclutó en Paysandú mujeres, varias de ellas menores, para su explotación sexual en prostíbulos de Young, Maldonado, y del exterior, como España e Italia.
El sonado procedimiento –el último de estas características-- permitió procesar al juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal Especializado en Crimen Organizado a cinco hermanos --tres hombres y dos mujeres-- de la familia Escobar, encabezada por el cabecilla de la organización, apodado “El Zorro”.
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