Policiales | 30 Jul Reiteradas denuncias por presunto acoso sexual han sido presentadas a nivel administrativo en el transcurso de los últimos tiempos contra un jerarca de la Jefatura de Policía.
De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, la denuncia más relevante fue radicada en junio de 2012 por una funcionaria que trabajaba en la sección Inventario y Suministro ante el Ministerio del Interior a través de un servicio telefónico 0800 del que se dispone para dar a conocer precisamente este tipo de denuncias.
No obstante, la acusación no prosperó y la denunciante fue trasladada, al parecer por sugerencia del propio denunciado, de Jefatura de Policía a una dependencia policial.
Un resultado similar tuvo otra denuncia presentada anteriormente ante sus superiores por una sargento, que fuera también trasladada de dependencia pero, en ese caso, dentro de la propia jefatura. Otro traslado originado por el mismo motivo se registró hace aproximadamente tres años, desde Jefatura a la Seccional Segunda de Policía. La funcionaria trasladada en esa oportunidad fue una agente de segunda que, aparentemente, habría rechazado una propuesta amorosa por parte del jerarca. Excepto la primera, las denuncias presentadas contra el mismo jerarca han trascendido la órbita administrativa y al menos una de ellas no habría llegado a conocimiento del Comando.
En contrapartida, a nivel interno se lo acusa de otorgar distintos beneficios a aquellas funcionarias que sí han cedido a sus pretensiones.
TESTIMONIO
En testimonio de carácter confidencial aportado a EL TELEGRAFO, una de las damnificadas aseguró que su denuncia tuvo lugar cuando el jerarca comenzó a adoptar “actitudes que no se ajustaban al ambiente laboral”.
Detalló que su superior solía colocarle una mano en la cintura, en cierta ocasión intentó besarla en la boca y en otra, cuando dialogaban en pleno patio del edificio de Jefatura, la miró y le efectuó un gesto que, si bien por pudor prefirió no definir, “estaba sin ninguna duda fuera de lugar”.
En otro orden, añadió que en distintas dependencias, el personal femenino debe frecuentemente hacer frente a situaciones similares que no son denunciadas por temor a represalias por parte de los superiores.