Creyeron que había robado
una moto, pero era de su padre

Policiales | 07 Ago La jueza letrada de 1ª Instancia de Salto de 2º Turno dispuso el procesamiento con prisión de tres policías por abuso en el procedimiento de represión a un joven de 14 años en dicha localidad, detenido al sospecharse que había hurtado la moto que conducía. Según el auto de procesamiento, el hecho ocurrió el viernes 26 de julio, aproximadamente a las 22 horas, cuando el adolescente salió de su domicilio en una moto Yumbo C 100, color negro, propiedad de su padre, sin haberle pedido autorización para hacerlo. Paralelamente, se desarrollaba un operativo policial para la recuperación de una moto Yumbo roja con dos ocupantes que llevaban casco protector.
Varios móviles policiales intervinieron en la persecución hasta que divisaron la moto conducida por el joven de 14 años.
Confundiéndola con el birrodado hurtado, la rebasaron y le hicieron señas para que se detuviera.
Uno de los policías le efectuó un disparo de escopeta con munición no letal, afirmando que lo hizo en dirección al suelo, a pesar de las heridas que reveló la víctima.
Unos 200 metros después del primer disparo realizó otro y el joven conductor levantó una mano y redujo su velocidad hasta detenerse.
Uno de los agentes se arrodilló sobre el cuerpo del muchacho y le aplicó golpes de puño en el rostro. Según la víctima, recibió más de siete puñetazos, un puntapié en la cabeza y un golpe con un objeto que parecía una cachiporra, también en la cabeza.
El adolescente, que reconoció a uno de los efectivos policiales que le pegaba cuando era detenido, manifestó haber recibido tres balazos, dos de los cuales impactaron en su pierna.
Agregó haber huido por temor a que lo despojasen de la moto de su padre, que había tomado sin autorización.
La jueza estableció que las pruebas reunidas refuerzan “en forma clara y contundente los hechos relatados que dan cuenta de un obrar policial descoordinado, desmedido y abusivo, desajustado a la normativa reglamentaria que regula el desempeño policial (ley 18.315)”.
Agrega que “la persecución a velocidades insólitas para la ciudad de varios móviles policiales, circulando incluso a contramano, sin autorización de la Mesa Central de Operaciones a tales efectos y con transmisiones radiales superpuestas que no aportaban elementos claros para la identificación del sospechoso que al final del procedimiento no resultó ser tal, con puesta en peligro de la integridad física del perseguido, de los perseguidores y de terceros, supuso la creación de un riesgo a todas luces no moderado y desproporcionado con la conducta ilícita que se quiso reprimir: recuperar una supuesta moto hurtada y atrapar al ladrón”.
Como consecuencia, dispuso el procesamiento de uno de los efectivos policiales por el delito de lesiones personales agravado y el de los otros dos por el delito de lesiones personales.