Paysandú, Lunes 12 de Agosto de 2013
Locales | 05 Ago El 33,8% de las personas y al menos el 30,3% de los hogares uruguayos presentan al menos una carencia crítica, lo que equivale respectivamente a 1.067.874 personas y 347.736 hogares.
La estimación realizada en el “Atlas sociodemográfico y de la desigualdad del Uruguay. Las necesidades básicas insatisfechas”, la situación de la población respecto al nivel de carencias críticas observadas varía significativamente al considerar la edad, lugar de residencia, comportamiento reproductivo, condición migratoria, ascendencia étnico-racial y limitaciones de las personas, encontrándose en muchos casos distancias importantes en los valores de estos grupos con respecto a los promedios, lo cual evidencia situaciones de desigualdad.
Señala la publicación --realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar), Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (Udelar), Mides, Fondo de Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Comisión Sectorial de Población - Oficina de Planeamiento y Presupuesto-- que “la estructura por edades de la población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) es claramente más joven que la de la población con Necesidades Básicas Satisfechas (NBS), y las diferencias en las cifras de porcentajes de carencias se maximizan cuando se compara a la población infantil con la de adultos mayores, en detrimento de los primeros”.
La situación con relación a la acumulación de carencias críticas no es homogénea en el conjunto de hogares con al menos una NBI: casi dos terceras parte de ellos presentan solamente una NBI, mientras que el tercio restante acumula dos o más carencias críticas simultáneamente. Este último grupo alcanza a casi 185.000 personas que habitan el 4,7% de los hogares particulares.
Personas y hogares
La población con NBI presenta una relación de 109 hombres por cada 100 mujeres, mientras que en la población NBS esa relación es de 96, lo cual denota masculinización en términos de carencias críticas.
El tamaño medio de los hogares, como es de esperarse, es menor en la población NBS (2,7 personas por hogar) con relación a los hogares con una NBI (2,8 personas por hogar) y de éstos con respecto a hogares con dos, tres y más NBI acumuladas, en los cuales el tamaño medio es 3,5 personas por hogar.
Considerando las diferentes dimensiones e indicadores, la carencia crítica que combina el acceso a bienes básicos de confort (los que permiten calefaccionar la vivienda y el agua y conservar los alimentos) es la que presenta el mayor guarismo (23% tanto en hogares como en personas), seguido en importancia por un indicador combinado de vivienda decorosa (en el cual se consideran los materiales, el hacinamiento y la disponibilidad de espacio adecuado para cocinar), carencia que alcanza a casi el 11% de hogares y personas.
En el extremo opuesto, la disponibilidad de energía eléctrica es casi universal (aunque se ignora cuántos hogares acceden irregularmente a la misma), siendo menos del 1% los hogares y personas que carecen de acceso.
Más del doble de hijos
En lo que refiere a la fecundidad, la desigualdad de acuerdo al nivel de NBI es impactante: la paridez media final de las mujeres en hogares con dos o más NBI es de 4,47 hijos, mientras que la de las mujeres NBS es de casi dos hijos y medio menos (2,08). Las diferencias entre las adolescentes es aún mayor: las pertenecientes a hogares con dos o más NBI tienen una paridez media acumulada más de seis veces mayor que las de hogares con NBS.
“Los migrantes internos recientes presentan valores algo superiores al promedio; las diferencias de niveles de migrantes internos recientes con carencias críticas son importantes entre los departamentos; las brechas son en promedio significativamente más altas en perjuicio de los migrantes, particularmente en Montevideo, San José y Maldonado.
Por otro lado, los inmigrantes internacionales recientes (retornados y extranjeros) se sitúan casi 10 puntos porcentuales por debajo del valor observado para el total de la población”, agrega el informe.
La población afrodescendiente con al menos una NBI alcanza el 51,3%, 10 puntos porcentuales por encima de la media nacional y 16 puntos por encima de la población blanca, en una nueva evidencia de la inaceptable inequidad provocada por la condición étnico-racial de las personas.
La proporción de población afrodescendiente con al menos una NBI es particularmente elevada en los departamentos de Artigas, Salto y Tacuarembó.
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