Opinion | 10 Ago Por cierto que el no pago de la deuda que mantiene la Intendencia Departamental de Paysandú con la Dirección General Impositiva (DGI) por la actuación de artistas durante la última edición de la Semana de la Cerveza denota que la comuna ha manejado por lo menos con desprolijidad este aspecto administrativo, pero sin dudas el aspecto central del tema aparece como una perla más en la voracidad fiscal que se aplica desde el gobierno central, en este caso pese a las dificultades con que se maneja el Interior.
Debe tenerse presente que la Semana de la Cerveza es un evento tradicional por el cual se procura promover a Paysandú y el Litoral en la escena turística regional, dentro de la muy escasa presencia de atractivos de perfil turístico en la zona, y por lo tanto no se trata de ganar o perder dinero por las arcas municipales, sino de invertir para que Paysandú recoja en una serie de áreas lo que de una u otra forma deja el movimiento turístico durante la semana.
Empero, el Estado es el convidado de piedra en este acontecimiento turístico, como ha quedado demostrado en este episodio, porque más allá del interés departamental y regional que tiene el evento, aparece para sacar su tajada –en este caso más de cien mil dólares-- por concepto del pago a los artistas que se presentaron en la fiesta y que por lo tanto con su presencia contribuyeron a que el evento turístico tenga una mayor proyección. Y como bien ha señalado el diputado colorado Walter Verri, Paysandú no recibe el tratamiento que por ejemplo recibió el espectáculo del que fue figura principal el cantante internacional Elton John en Montevideo, y como ha sido también el caso de otros eventos internacionales que se organizaron en la zona balnearia del Este, a los que se exoneró del pago del IVA.
Verri dijo estar dispuesto a presentar un proyecto de ley para que a la Semana de la Cerveza no se le cobre el IVA, dado su carácter de evento turístico de interés departamental y regional, lo que es pertinente, teniendo en cuenta que hasta ahora no se le ha dado un tratamiento tributario que contemple esta particularidad, y en cambio se sigue cobrando el IVA en forma indirecta a todos los contribuyentes sanduceros a través de los recursos que debe volcar la Intendencia Departamental para solventar esta fiesta.
El papel del gobierno central debería ser, en cambio, el de apoyar por todos los medios posibles este tipo de eventos que contribuyen al turismo y la imagen del país, en lugar de estar acechando para ver cuando dinero puede recaudar tras el esfuerzo del siempre postergado Interior.