Policiales | 12 Ago Recuperó en las últimas horas su libertad un hombre de 42 años que desde hace muchos años se desempeñaba como guía experto en cacerías en la zona de Saladero Guaviyú y que en febrero resultara procesado tras dar muerte accidentalmente con un fusil --del que carecía de guía de propiedad-- a otro hombre, de 32 años, al que guiaba en una jornada de caza.  
El experto en cacerías, domiciliado en Quebracho, acampa habitualmente en el Saladero Guaviyú y en la isla ubicada frente al mismo. Desde hace más de 20 años es permanentemente contactado desde distintas partes del país por empresarios, propietarios de armerías y otras personas de elevado poder adquisitivo, quienes lo contratan como guía de caza, al igual que argentinos de la zona de Colón, que se trasladan frecuentemente en lanchas hasta su campamento.
Desde allí, el “baqueano” guía a quienes los contratan para ingresar a cazar, a distintos establecimientos ubicados junto al río Uruguay. 
El infortunado episodio por el que debiera cumplir cinco meses de prisión preventiva ocurrió en momentos en que guiaba a dos cazadores en espesos montes junto al río Uruguay a los –debido a la agreste vegetación ribereña-- solo unos pocos se atreven a ingresar por temor a extraviarse.
En un momento determinado, el guía descubrió una huella de jabalí, por lo que se inclinó y apartó unas ramas. A unos 50 metros distinguió un bulto que se movía y al pensar que se trataba del jabalí, le apuntó y disparó, pero al escuchar un grito, arrojó el arma y salió corriendo hacia donde había disparado.
Al apreciar que había disparado contra el hombre al que debía guiar, el “baqueano” se desvaneció. Al recobrar el conocimiento, tomó el pulso a hombre al que había disparado y comprobó que estaba sin vida. Recogió entonces las armas y avisó a la Policía lo sucedido.
La libertad del “baqueano” fue recibida con satisfacción por sus vecinos y conocidos que constantemente contrataban sus servicios como guía.