Paysandú, Lunes 19 de Agosto de 2013

Delincuente recuperó libertad y merodea por la zona

Esposa del capataz procesado por abigeato ocupó casco de estancia

Policiales | 15 Ago La esposa del capataz de un establecimiento procesado con prisión en marzo por reiterados delitos de abigeato ocupó el caso de la estancia en donde trabajaba su esposo, pese a que los arrendatarios del predio rural han agotado los medios legales para recuperar la casa, según indicó a EL TELEGRAFO la esposa del productor damnificado.
Como se informó oportunamente, el individuo fue procesado por reiterados delitos de abigeato luego de una maniobra que permitiera comercializar decenas de vacunos y equinos robados, y que fuera fue desbaratada tras una vasta investigación de la Brigada Especial para la Prevención y Represión del Abigeato (Bepra), en la zona de Sauce del Queguay.
Luego del procesamiento del capataz, el responsable del establecimiento envió a un hombre que se hiciera cargo, pero éste sorprendió a la esposa del procesado marcando reses y trasladándolas al camino. Ante ésto, se alertó de lo sucedido a la Bepra y condujeron a la mujer detenida, pero no se le pudo comprobar que estaba cometiendo un ilícito, lográndose sí recuperar el ganado remarcado. “En ese momento, él hizo una amenaza: que cuando saliera, ‘la primera bala era para el milico Paiva (refiriéndose al oficial Jony Martín Paiva, encargado de la Bepra) y la segunda para mi marido’” recordó la esposa del productor damnificado.

NO DEJA ENTRAR A NADIE
Añadió que, a partir de ese instante, la esposa del capataz procesado ocupó la casa y no permitió el ingreso del arrendatario ni de otras personas que desempeñan tareas rurales en los campos del establecimiento.
Ante esto, los arrendatarios iniciaron un trámite de desalojo y concurrieron, junto a un escribano público y dos testigos, para corrobar la ocupación.
No obstante, pese a que la mujer está ocupando su lugar de trabajo, la instancia legal se ha dilatado por tiempo indefinido.
Por otra parte, al tomarse conocimiento de que la mujer se retiraba por la noche y dejaba en la casa solos a sus hijos, se denunció la situación a INAU, pero hasta el momento el organismo no ha adoptado medidas. “Los deja solitos en el medio del campo y ni siquiera sé si concurren a la escuela”, precisó la damnificada.

VOLVIÓ A LA ZONA
En virtud de la presunta amenaza, remitieron un escrito mediante un abogado ante la Justicia Penal para solicitar, como protección, una medida cautelar que impidiera al delincuente acercarse al establecimiento. La sede actuante dispuso que el imputado no podría acercarse a una distancia menor a 10 kilómetros del sitio donde trabajaba.
No obstante, al día siguiente que salió en libertad, fue visto por vecinos en la puerta de la estancia y, días después, se instaló en un establecimiento abandonado sito a apenas seis kilómetros del que trabajaba. Diariamente es visto transitar por la zona en una camioneta con jaula para equinos por vecinos, quienes, con temor, han planteado la situación a los arrendatarios del campo. “Vamos a seguir adelante hasta las últimas consecuencias porque los vecinos pueden llegar a considerar, con toda lógica, incluso que somos cómplices del individuo que robó en toda la zona y, por otra parte, debemos impedir que este hombre sea capaz de cumplir con sus amenazas”, resaltó la esposa del arrendatario del campo.


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