Paysandú, Viernes 23 de Agosto de 2013
Rurales | 18 Ago El presidente de la Asociación Agropecuaria de Salto, contador Walter Texeira Nuñez, manifestó a EL TELEGRAFO que “a veces por robar una garrafa la persona es procesada y por matar y comercializar la carne de varios animales no”, hecho que muestra una realidad de lo que sucede a nivel del sector agropecuario en torno al abigeato.
El titular de la gremial salteña, que participó el viernes en la reunión de la Comisión Nacional de Seguridad Rural, realizada en Paysandú, señaló que “es más difícil encontrar las pruebas en el campo, porque hay que encontrarlo infraganti en el delito, además de conseguir todas las cosas, lo que en la vasta extensión que tenemos es muy difícil”.
Estableció que “hay un proyecto de ley que hace años duerme por ahí en los cajones del Ministerio del Interior, lo que demuestra también por parte del Poder Ejecutivo y Legislativo, una falta de interés en el tema, que es una muy mala noticia para los productores y la población”. Entiende que el panorama para el campo desde el punto de vista de la seguridad está “complicadito”. Aclaró que “no solo por el abigeato sino lo acontecido recientemente en Florida y advertimos que en la medida que se comiencen a controlar más en las ciudades otros tipos de delitos, los delincuentes van a empezar a emigrar hacia otros lugares en donde encuentren más fácil cometerlo”. “Por eso queremos hacer hincapié en la vigilancia de nuestra gente en el campo, porque está realmente muy descuidada”, dijo Texeira. En el tema abigeato, en la agropecuaria de Salto “trabajamos en conjunto y en buena forma con la Intendencia y la Policía, haciéndose controles de las bocas de venta de carne, que es en donde tenemos que atacar para combatir el delito”. Destacó que es fundamental el trabajo en equipo, “porque no es un tema de las instituciones en forma individual, sino que debemos estar todos, porque se aprende, permite coordinar y solucionar cosas que para una institución sola no es fácil”.
“Debemos exigir a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial que den señales más contundentes en el camino de combatir los delitos”, precisó el presidente de la agropecuaria salteña. Manifestó que la venta de carne, si bien es un producto que sólo debería ser comercializado en las carnicerías, “todos sabemos que se vende particularmente en cualquier lado, hablando de carne, chacinados y chorizos. A las intendencias compete el contralor de esa venta en lugares no habilitados, porque no cumple con las condiciones bromatológicas ni de sanidad para hacerlo y perjudica la sanidad de la población”.
ACCIONES
A Texeira le preocupa especialmente “el abastecimiento de las poblaciones de la campaña, porque evidentemente la gente come carne y va a seguir haciéndolo, pero las exigencias de los mataderos son tales que es imposible tener un matadero habilitado y en condiciones mínimas o económicamente rentable para abastecer poblaciones como las que hay en el interior”. Acotó que “habrá que adecuar las exigencias para permitir que haya una faena controlada en sus aspectos sanitarios y legales, y sensibilizar a los poderes para que desde la cúpula en Montevideo, en donde a veces ven las cosas con un color bastante alejado de la realidad, tomen en cuenta esto y accionen al respecto”.
MÁS CONTROL
Se mostró preocupado por la demora en resolverse casos como el de Cuchilla del Fuego o la desaparición de más de 3.000 lanares en Salto. “Falta más control”, dijo. “A veces te pasa que podés entrar por la frontera en Artigas, y llegás a Montevideo y tal vez no te paró absolutamente nadie. Ni que hablar si te metés por caminos internos de nuestra campaña”, añadió. En este caso, el dirigente gremial apuntó que “sería necesaria mayor presencia policial, y sorpresiva de controles en diferentes puntos”. Para esto, entiende que el Ejército podría ser una solución al patrullaje en la campaña, aunque reconoció que “tiene limitaciones en cuanto a la seguridad interna que no le compete, pero podría ser de ayuda en cuanto puede salir en algún tipo de maniobras, y estar presentes en algunas partes del territorio, cosa que actuaría como elemento disuasivo”. Recordó cuando apareció la aftosa en el año 2001, que “se había pedido al Ejército la custodia en algunos puntos y eso, por su sola presencia, fue un elemento que sirvió para bajar el abigeato”.
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