Paysandú, Viernes 23 de Agosto de 2013
Rurales | 19 Ago “El suministro de voluminosos en forma de autoconsumo es una técnica sumamente sencilla y relativamente fácil de implementar”, dijo el ingeniero agrónomo Juan Carlos Elizalde, en el marco de las 15ª jornada de la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC).
El reconocido investigador argentino indicó que “para aumentar la eficiencia de utilización del material ofrecido en términos de reducir pérdidas o mejorar las ganancias de peso, es necesario tener un control estricto del sistema y no pensar que por no requerir maquinaria el sistema funciona solo por inercia. Requiere de alguna forma de contención del material suministrado para evitar desperdicios”.
En su disertación sostuvo que el control “radica en mantener una reja o trinchera o tabla, o a lo sumo un eléctrico, que debe correrse en forma continua, dado que la idea es no restringir en ningún momento el consumo voluntario”. Asimismo, para maximizar el consumo voluntario “es necesario suplementar los silajes con los nutrientes que son deficientes en ellos: proteína, vitaminas y minerales, etcétera”. Como conclusión general, el profesional señaló ante más de 1.200 personas presentes en el salón Egeo de Paysandú, que “el sistema es perfectamente viable pero si se realiza en forma estrictamente controlada y enfocada dentro de un objetivo claramente definido”.
Elizalde precisó que los resultados obtenidos con el autoconsumo, cuando se solucionan las limitantes de manejo, “terminan siendo el reflejo de la cantidad consumida y de la calidad del silaje del cual se parte. La calidad del silaje medida a través de su composición, digestibilidad de la materia seca y la concentración energética juegan un rol fundamental en la respuesta productiva y más aún cuando se suministra en autoconsumo”. “Esto se debe a que las dificultades para suplementar en autoconsumo, la concentración energética es fundamental si el objetivo es maximizar las ganancias de peso u optimizar la eficiencia de conversión”, manifestó. “Es necesario aclarar también que el tipo de material a ensilar condiciona la respuesta productiva más allá de la forma de suministro”, dijo Elizalde. “En general los silajes de maíz y los de sorgo graníferos doble propósito son los más recomendables”, añadió.
VENTAJAS
Como ventajas, Elizalde explicó que el silaje de autoconsumo “es una práctica muy sencilla que permite sustituir la utilización de maquinaria específica para su extracción, transporte y suministro requeridos en las formas convencionales de ofrecerlo: comederos, tablones, etcétera”.
“Esto permite independizarse de la escala de la explotación que se requiere para diluir gastos variables y/o fijos devengados de mayor capital de trabajo en maquinaria. Claro que la escala y/o la simplicidad no evita el analizar si el silaje es un alimento recomendable en sí mismo o si existen otros recursos y/o formas de conservación más adecuados”, citando como ejemplo: “comer el mismo recurso en forma diferida en pie en rodeos de cría”.
Agregó que el autoconsumo “es fácil de implementar, puede hacerse en distintos lugares: ensenadas, corrales con o sin comederos, en el propio campo natural que se va a suplementar, etcétera”. “No requiere personal especialmente entrenado, más que el control permanente de la oferta constante y a voluntad del silaje”, además de especificar que “puede ser complemento de sistemas más intensivos, como por ejemplo recrías y terminación en corrales de ciertas categorías y autoconsumo a campo en lugares alejados y/o como suplemento de pasturas y verdeos”.
DESVENTAJAS
Al citar las desventajas, aclaró que “si bien es un método sencillo, no se puede pretender tampoco que el sistema se maneje por sí mismo. Para mantener los consumos lo más elevados posibles y acorde a la calidad nutricional del alimento, es necesario que los animales dispongan de una oferta permanente de alimento y para ello se requiere verificar que el sistema que se coloca para evitar desperdicios --trinchera, tablas, etcétera--, se monitoree en forma permanente y se maneje acorde al consumo específico de cada tropa”.
Determinó que “muchas veces esto no se cumple porque como se confía en el sistema, se llega tarde a cambiar la trinchera y los consumos no son los voluntarios; o bien para no ir seguido o por defectos de construcción de las trincheras o eléctricos, se genera un sobre avance en la masa ensilada generando grandes desperdicios”.
Para Elizalde es difícil estimar el consumo de materia seca por animal. “La aproximación más cercana a la cantidad de material disponible en la bolsa o en el silo puente se basa en la información brindada por el contratista respecto de la cantidad de materia verde acumulada. Algunas estimaciones, como pesar el material con las balanzas de los mixers, permiten afirmar que existen grandes diferencias entre el peso del material verde ensilado y del finalmente obtenido como silaje. Esto se debe a que, además de la suspicacias y errores de estimación durante el llenado del silo, es difícil estimar las pérdidas que ocurren por volatilización, putrefacción en los silos bolsas y más aún en los silos bunkers. Por lo tanto, la estimación del consumo midiendo el avance diario en centímetros de la trinchera, tabla o eléctrico multiplicado por un valor teórico de densidad --toneladas de materia verde por metro lineal--, multiplicado a su vez por la estimación de la materia seca del material y por la estimación de las pérdidas genera resultados sumamente variables y a veces dudosos y poco confiables”.
Apuntó que “no es un método aconsejable para ofrecer cantidades limitadas o restringidas de alimento. Esto se debe a dos factores: el primero es que se carece de información acerca del tiempo y/o espacio necesario para restringir el consumo de distintas categorías. El otro factor es la gran adaptación de los animales a consumir más por unidad de tiempo”.
Subrayó que esto puede ser importante “en categorías que nos interesa restringir el consumo por debajo del voluntario dado que solo se busca mantener al animal, como por ejemplo la vaca de cría y, por lo tanto, resultaría muy caro mantener un animal a consumo voluntario. De hecho, la utilización de autoconsumos a nivel mundial se realiza en animales de recría o incluso en vacas lecheras donde se busca maximizar el consumo voluntario”. Tampoco permite, en el otro objetivo extremo, “alcanzar el máximo consumo voluntario de materia seca por animal debido a que el silaje en sí mismo, como única dieta, es carente de varios nutrientes y necesita cierta suplementación. Idéntica situación ocurre con el autoconsumo exclusivo de henos como única dieta”.
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