Paysandú, Sábado 24 de Agosto de 2013
Rurales | 18 Ago El sonado caso de la desaparición de más de 400 reses vacunas en la zona de Cuchilla del Fuego, conocida en febrero de este año pero que desde octubre de 2012 venía siendo investigada por la Policía, aún no tiene una resolución judicial. Pero para el comisario Milton Barboza, el procedimiento fue “inédito y desde el punto de vista policial se aclaró el hecho y se recuperaron animales”.
El responsable de las seccionales Novena y Décima de Paysandú dijo que “si bien todavía no hay una tipificación por parte de la jueza, doctora Karen Ramos, ya podríamos decir concretamente que desde el punto de vista policial, se aclaró el hecho y se recuperaron los animales”.
Barboza, quien integra la Comisión Departamental de Seguridad Rural, sostuvo a EL TELEGRAFO que en la reunión realizada en marzo hablaron con productores de la zona, “recibiéndose varios planteamientos debido a la conmoción pública que ocasionó”. Recordó que el procedimiento fue iniciado en octubre del año pasado, relacionado con la denuncia de varios productores por el cambio de caravanas y chips de la trazabilidad (identificación individual de los animales).
En febrero de este año, EL TELEGRAFO informaba en la sección Policiales sobre una estafa de cientos de miles de dólares que afectó a más de 30 firmas ganaderas y permitió constatar la falta de más de 350 animales, en un procedimiento llevado a cabo en forma conjunta por personal de la seccional Novena y la Brigada de Prevención y Represión al Abigeato (Bepra).
El procedimiento comenzó con recuentos en un establecimiento de la zona de Cuchilla del Fuego, que trabaja con una importante firma consignataria de ganado, donde se detectaron animales que carecían del dispositivo establecido por el Sistema Nacional de Identificación Ganadera (SNIG) para controlar toda la información relativa a los movimientos desde el nacimiento de cada animal.
Los resultados de una inspección documental permitió determinar en ese momento, entre otras irregularidades, la inexistencia de una declaración jurada; la presencia de 1.700 vacunos propios y 1.200 ajenos; un reclamo de un escritorio rural montevideano por la devolución de 300 lanares, así como el trasiego anormal de 400 vacunos y 100 equinos en pastoreo desde su sitio original a campos ubicados en la zona donde se desarrolló la investigación.
Asimismo, la investigación había permitido individualizar al presunto responsable de la estafa, al que 33 firmas ganaderas habían confiado sus animales, basado en el citado sistema de control del SNIG. Este trató de evadir –a través de diferentes engaños, como una mortandad inexistente de ganado-- su responsabilidad en las irregularidades detectadas, a pesar de las numerosas pruebas reunidas en su contra.
COMPLEJO
“Para nosotros fue un procedimiento bastante complejo porque tuvimos que revisar más de 1.200 reses a boca de tubo en un establecimiento. Se hicieron varios allanamientos y se elevó a la Justicia”, manifestó el funcionario policial, aclarando que “luego que se judicializa el procedimiento, va a depender totalmente del juez”.
Concretamente sobre el procedimiento del cual aún no hay resolución judicial, Barboza explicó que “se recuperaron 38 animales que fueron entregados a los productores denunciantes, además de varias caravanas y elementos de identificación animal que fueron recuperadas en el lugar”. Precisó que “más de 25 personas pasaron en el ámbito de la investigación policial y otras 20 en la parte de la sede judicial”. Acotó que “involucra a gente de otros departamentos, escritorios rurales importantes, por lo que hay una reserva formal y lógica del presumario y ni la Policía y el juez pueden brindar detalles puntuales”.
DENUNCIAS
Para Milton Barboza, “el productor debe denunciar ante la faltante o un abigeato, porque es la forma en la cual nosotros podemos proceder en consecuencia”. Explicó que “existe un sistema de gestión de seguridad pública, en la cual todas las denuncias son ingresadas al sistema. Instantáneamente son leídas en el Ministerio del Interior, por lo que si no tenemos las denuncias no podemos actuar”, afirmó.
“La Policía realiza controles vehiculares, controles combinados portando unidades básicas. Realiza investigaciones, pero también participa la Bepra, que existe a nivel departamental y nacional para combatir el delito de abigeato”, destacó.
Indicó que se han realizado controles “con resultados positivos, como es la incautación de carne, de vehículos, procesamiento de personas”, precisando que “también un hecho importante se realizó en la zona de Sauce del Queguay, en la Octava Seccional, además del robo de yeguarizos que sucedió en la zona de Cuchilla del Fuego y trabajó la Novena Seccional, y que está en la fax judicial”.
Tras el diálogo mantenido con un colega salteño, el comisario Barboza manifestó que en Paysandú “las denuncias son mínimas comparadas con lo que sucede en otros departamentos. En Paysandú han descendido las denuncias tanto por faltante o faena de bovinos y ovinos”, aseguró.
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