Locales | 24 Ago SOBRE LEYES QUE DAN PENA
Gracias por distinguirme con su interés en mis palabras Dr. Malel y más allá de cualquier discrepancia me parece muy bien que se publique su sentir y se recojan todas sus opiniones, porque eso es la democracia y en este terreno democrático sería conveniente que se convocara a la población uruguaya cada vez que vamos a adherir a organizaciones internacionales que recortan las decisiones que puede tomar nuestra nación. De cualquier forma le reconozco que la pena de muerte provoca un impacto social por su extremismo que no sería conveniente. Más allá que se acaba de aprobar la ley del aborto para así salvaguardar la salud de la madre, lo que no quita que se mata a un inocente. No sería entonces tan descabellado salvaguardar a la sociedad toda extirpando alguno de estos delincuentes que nada tienen de inocente.
En cuanto a las razones que me llevaron a estas palabras recogidas por EL TELEGRAFO en la media hora previa, es tan solo la indignación que tenemos tantos uruguayos en ver cómo los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra, cuando mucho con alguna corta o mediana estadía en prisión, lugar donde los dichosos derechos humanos no existen y en lugar de salir rehabilitados quedan peor que antes.
Lejos de pretender eclipsar o competir con su sapiencia legal y su literaria leguleya irrefutable, voy a tratar que se entienda el espíritu de mis palabras mal expresadas en la figura de la tentativa por si a alguien no le quedó claro, agradeciéndole desde ya su corrección. La idea mía es que se suban las penas y una de las formas es igualando las mismas para la tentativa, ya sea de hurto o rapiña a la acción en sí misma. Porque como usted bien sabe estimadísimo Dr. con este grado ni siquiera llegan a prisión, y mi intención es que los delincuentes no salgan de ésta a menos que estén recuperados para volver a la sociedad, cosa prácticamente imposible con el sistema carcelario que tenemos; entonces que permanezcan allí lo más posible.
Se deben hacer leyes en contra de la delincuencia y no a su favor, como la ley de armas que ya tiene media sanción y que persigue al ciudadano común en lugar de respaldarlo cuando tenga un enfrentamiento con un delincuente sea en la situación que fuere.
Pero bueno, es la política que lleva adelante su gobierno y equivocada o no tiene las mayorías para imponerla, de la misma forma que pretende imponer la controversial ley de medios, en mi opinión (que por supuesto no va a ser la suya), para amordazar a la oposición y a la prensa en general. Por lo cual con el mayor de los respetos, mis palabras pretenden que los ciudadanos abran los ojos para revertir esta situación y voten al partido que sea, menos al suyo pues hacer abuso de vuestra mayoría parlamentaria es mucho peor que abusar de un micrófono. No por esto el edil del Frente Amplio Dr. Enrique Malel debería de censurarme y censurar al periódico por recoger mis palabras, porque es este el libre juego de la democracia y el sentir de una gran parte de la población. Javier Pizzorno, edil del Partido Nacional

CARTA ABIERTA A LOS EDUCADORES
No hay conflictos eternos, no hay fuego siempre, y es por eso que dono mi pluma a favor del que me enseñó y me sacó de la ignorancia y me integró a esta sociedad de la cual estoy convencido que sin ella nada es posible. Según Vescovi, en la primera hoja reza: El home politicum es. Y para ser político hay que ser educado por “Varela”. Quien no necesita de ello es un Dios o una bestia. Aparte de la dialéctica, en los tiempos que corren la realidad se hace verdad donde el resultado es el logro: dinero. Dinero necesario que tiene que llegar a cubrir las necesidades básicas. Por desgate, la fricción corta o rompe.
¿Cuál es el juego si uno solo gana? ¿Quién? Recuerdo que algo así lo viví en la “lucha” de hace unos años por mi señora que fue docente, hoy jubilada. Recuerdo “perfectamente” que por lo logrado con el paro de aquella época también lo recibieron aun ($) los que “trabajaron” en el paro. Y de un grupo de una escuela completa los que llegaron hasta el final fueron dos maestros. ¿Cuál es la conclusión? Acá los maestros forman una cadena tan (fuerte) poderosa que ni ellos se han dado cuenta de su fortaleza, que arrastran a todo el Uruguay que hoy está con ustedes. Walter Ramón Rubinovicz