Paysandú, Lunes 26 de Agosto de 2013
Rurales | 20 Ago Es difícil pensar en alguna política de Estado para promover el desarrollo del rubro ovino, cuando se desconoce quiénes son los dueños de las ovejas en este país”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Gianni Bianchi. “Y, como contrapartida, cuántos y cuáles son los productores ovejeros que viviendo en el campo --a diferencia de la mayoría de la minoría dueña de casi todo--, sólo han tenido tímidos apoyos por parte de la actual administración”, añadió. “Aunque justo es decir”, agregó el ingeniero agrónomo, que “de la restauración de la democracia hasta ahora, no se recuerda ninguna política --por mínima que fuera-- de fomentar la explotación lanar, favoreciendo el desarrollo sustentable del rubro”. Tales apreciaciones surgen tras las declaraciones del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, ingeniero agrónomo Tabaré Aguerre, quien en el pasado Salto Ovino dijo que “en este país hay más o menos 15.000 productores ovinos y hay 1.500 que tienen más de 1.000 ovejas, lo que quiere decir que hay 7.500.000 ovejas distribuidas entre 13.500 productores que tienen menos de 1.000 ovejas”. “Vale decir que para el ministro la mayoría de las ovejas --80 por ciento del total: 7,5 millones/9 millones-- estarían en manos de la mayoría de los productores ovejeros del país, cuando en realidad desde épocas inmemoriales en el sector ganadero hay muy pocos que tienen mucho y muchos --la mayoría a la que el ministro hacía referencia-- que tienen muy poco”, precisó el técnico del Grupo de Ovinos y Lanas de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía.
“Seguramente suene más justo que la distribución de las ovejas de un país sea mucho más equitativa, pero no lo es, como tampoco lo es la tierra o los semovientes. El Uruguay padece problemas estructurales en el agro que nadie podría estar ajeno y mucho menos el ministro Aguerre”, dijo.
Mercado
Respecto a las posibilidades de entrar con corderos a Estados Unidos, Bianchi precisó que “lamentablemente no hay en el país hoy el volumen --porque parto de la base que la apertura es con un volumen significativo-- del tipo de cordero que demandan los americanos y que hasta hoy lo adquieren mayoritariamente de Australia, país este que produce canales muy pesadas --22 kilos de promedio-- pero magras, sólo posible como lo hace el país oceánico: cruzando sus ovejas laneras --en este caso mayoritariamente Merino Australiano-- con carneros de razas carniceras que depositan grasa a pesos elevados. Para el caso de Australia: Poll Dorset y Suffolk blanco”. Manifestó que el cordero de Uruguay “es mayoritariamente producido con razas laneras, de carcasas medianamente pesadas (16,5 kilos) y muy heterogéneas. Esto no lo digo yo, lo dice la industria y lo refrenda INAC, al menos su presidente”. Acotó que “es verdad que los frigoríficos actualmente rechazan y/o castigan en algunos casos las canales muy pesadas, pero lo hacen porque los mercados a los que vendemos --Brasil, Unión Europea y últimamente China-- no están interesados en recibir cortes de calibres muy altos”. “Ahora bien, pensar que con el Corriedale, Ideal, Merilín, etcétera, podemos llegar a producir un cordero súper pesado, magro y con alto calibre de los cortes valiosos, que compita mínimamente con los corderos de Oceanía --porque Nueva Zelanda también, en menor cuantía, vende algo a Estados Unidos-- es más o menos como pensar en colocar un tambo para producir muchísima leche y elegir vacas Hereford o Aberdeen Angus, excelente razas carniceras por cierto, pero no competitivas en el escenario imaginado”, apuntó Banchi.
LLAMATIVO
Para el técnico de la Eemac “es llamativo” que tanto el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Ruben Echeverría, como el titular del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Joaquín Martinicorena, “tomen como base para hacer sus afirmaciones el concurso de corderos gordos que se realizó en Salto y que se lleva adelante con cierto grado de periodicidad en múltiples lugares de nuestro Interior”.
Apuntó que en general “los ganadores son criadores de razas carniceras, pero lo interesante es preguntarse cuántos corderos podrían producir de las mismas características de los ‘ganadores’ sus dueños”.
“La respuesta, lamentablemente, es que muy pocos. Amén de los criterios tenidos en cuenta para la elección del jurado y los que éste una vez nombrado tiene en cuenta para elegir los corderos y/o carcasa ganadores”. La pregunta es obvia: ¿Para qué sirven estar pruebas? Para que algunos productores pasen un buen rato, intercambien ideas y discutan sobre algunos temas vinculados o no a la producción de corderos.
Hecho que no se cuestiona, pero sí queda claro que nada aportan a la ciencia, a los criterios de comercialización y menos a las capacidades de exportación de un país.
RESPONSABILIDADES
Al referirse al tema de las responsabilidades y la opinión que cada uno de los técnicos o personas vinculadas al rubro ovino vierte a diferentes medios de prensa, indicó que “cuanto mayor es la envergadura del cargo, mayor la responsabilidad en los dichos públicos, sobre todo cuando se supone que representamos al conjunto de la sociedad o de los productores que tienen ovejas o que están ligados a la actividad agropecuaria”.
“Creo que la gente que está trabajando en el rubro, le debemos a toda la sociedad y a nosotros mismos una suerte de sinceramiento, si es que efectivamente pretendemos ser productores de ovejas primero y de carne después, por supuesto que en forma competitiva con los países de vanguardia en la materia”, agregó.
“La alternativa es seguir como estamos, creernos y tratar de convencer a los demás que producimos corderos de excelente calidad, cuando en realidad nuestros corderos no compiten ni con Australia, ni con Nueva Zelanda, aun en mercados como el americano, a pesar de estar a la mitad de distancia de los países oceánicos”, finalizó.
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