Paysandú, Martes 27 de Agosto de 2013
Opinion | 23 Ago En Salto un hombre de 20 años podría terminar en la cárcel después de subir a Internet fotos y videos con contenido pornográfico de su exnovia, actuando por despecho porque ella lo había abandonado. En las fotos y videos no se ve la cara del denunciado, pero si fue reconocido por un tatuaje en una mano. Eso llevó a un allanamiento judicial e incautación de cámaras y computadora utilizadas por el joven.
Hace pocos días, en Paysandú, se publicaron durante varios días retractaciones de un abogado y de una persona particular, por decisión judicial, después de publicara comentarios difamatorios en Facebook en perjuicio de otro abogado. Más atrás en el tiempo, el conductor de un programa radial terminó en la cárcel tras haber agredido por Facebook a una profesional médica, con términos difamantes.
Todo esto deja en claro que la legislación uruguaya toma muy en cuenta no solamente los medios tradicionales a la hora de determinar un delito de difamación e injurias, sino que también reconoce como tales a las redes sociales, tales como Facebook y Twitter y cualquier otro sitio en Internet que permita el almacenaje y reproducción de fotos y videos.
Aunque la legislación específicamente no habla de ellos, los jueces están comenzando a tomarlos en cuenta de manera habitual, en la medida que los mismos pueden reproducir al menos a cientos de personas comentarios difamatorios o imágenes denigrantes de una persona.
A su vez, los usuarios deben aprender y tomar con mayor seriedad el uso que le den a las redes sociales. No es un ámbito cerrado solamente porque se trata de “amigos” virtuales que han sido previamente aceptados, sino de un espacio donde también debe cuidarse el decoro, las buenas costumbres y –especialmente-- mantenerse dentro de la ley y las disposiciones judiciales.
No se puede hacer un uso libérrimo de Facebook o de Twitter, más allá que se sostenga que se hacen desde “mi muro”. La propalación de comentarios injuriosos es condenada por la ley uruguaya, en todos los medios.
Pero el hecho de que, en la realidad, el usuario solamente se ve a sí mismo frente a una pantalla, hace a veces perder la realidad. Es éste el que debe aggiornarse, el que debe comprender cabalmente el poder y a la vez la complejidad de usar estos nuevos medios en una sociedad que aún no ha podido asimilar la cantidad de opciones que tiene para generar y recibir información y opiniones.
Hay que tomar el debido respeto a estas herramientas, sabiendo que de otra manera se queda expuesto a situaciones enojosas que, si son llevadas a la Justicia, pueden terminar en el mejor de los casos en retractaciones públicas en los medios de comunicación masiva. Y en los peores, en la cárcel. Nada que se parezca, precisamente, a una charla entre “amigos”.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Ago / 2013
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com