Paysandú, Viernes 30 de Agosto de 2013

¿Tan poco le importan al Estado los bienes culturales del Interior?

Opinion | 27 Ago Hoy martes, el Teatro Florencio Sánchez será abierto por algunas horas. El hecho trasciende la presencia de jerarcas del Ministerio de Educación y Cultura para ser, fundamentalmente, la oportunidad de comprobar in situ qué es lo que se ha hecho en relación a la necesaria restauración del principal teatro del Interior, el segundo del Uruguay, y el más importante en una amplia zona del Litoral uruguayo – argentino.
Tras la clausura oportunamente aconsejada por los técnicos y determinada por el Intendente Municipal ante el estado a que había llegado el edificio, se han encarado tareas que comenzaron con la creación de una comisión de ciudadanos así como la integración de un equipo de técnicos municipales que --con el asesoramiento de principales referentes nacionales-- diseñara un plan de obras conducente a la reapertura del teatro.
Con las dificultades propias de la situación así como aspectos burocráticos muchas veces incomprensibles se ha puesto en marcha un proyecto cuyo objetivo sería habilitar el “Florencio” sin las localidades de los pisos superiores, que presentan serias dificultades para adecuarlas a las normas que rigen actualmente para los locales de espectáculos públicos. Esta primera etapa tendría un costo estimado del orden de un millón doscientos mil dólares.
Comenzando los trabajos se ha cumplido la recimentación del frente del edificio solucionando de esta manera los problemas de estructura en ese sector que provocaron la alarma ante la posibilidad cierta de que se cayera la fachada del edificio.
A la vez, se construyó un sobretecho que eliminó las filtraciones de agua que, seguramente por falta de mantenimiento, causaron importantes daños. También se encaran en estos momentos numerosos trabajos de albañilería a la vez que se cumple una renovación total de las perimidas instalaciones eléctricas.
Por otra parte, se ha iniciado ya la recuperación de la yesería, por lo que se podrán apreciar los primeros trabajos que ha comenzado a realizar la empresa adjudicataria para solucionar los serios problemas causados por las continuas filtraciones de agua registradas durante años.
Es así que, a un ritmo más lento del que todos desearíamos, se va desarrollando el plan de trabajo esbozado pero surge la carencia de recursos suficientes, factor absolutamente determinante de la realización del proyecto integral de recuperación.
Hasta el momento la financiación ha estado a cargo de la Intendencia Departamental con fondos propios mientras que se ha contado también con algunas partidas no muy significativas del Ministerio de Educación y Cultura.
A su vez la Comisión de Amigos se ha visto hasta ahora impedida de recabar la colaboración de industrias, empresas y sanduceros en general por no haber obtenido aún su Personería Jurídica que se encuentra en trámite en el MEC.
Hace algunos días los diputados por Paysandú informaron que en la Rendición de Cuentas actualmente a estudio de la Cámara de Representantes, no está prevista ninguna partida como se había solicitado que se tramitara. Esto ha hecho que ahora se requiera de la “paybancada” la gestión de un posible cambio en los gastos previstos para que se aporte por parte del Gobierno Nacional el millón de dólares que se estimó necesario para completar la primera etapa que aludíamos.
Seamos concretos: parece increíble que en una rendición que trepa a una cifra superior a los trece mil millones de dólares no se pueda destinar un millón para las obras de recuperación de un edificio emblemático de Paysandú y del país, de un centro cultural que cubre todo el espectro de la población porque, que lo sepan quienes deben resolver este asunto, en el “Florencio Sánchez” de Paysandú se han presentado desde los más destacados músicos internacionales hasta los alumnos de las escuelas sanduceras, desde las más encumbradas compañías teatrales hasta el más humilde grupo de aficionados del Interior del país. Sepan que la sala emblemática sanducera es conocida en todo el mundo y valorada en todas partes.
Ante esto cabe preguntar cómo es posible que el gobierno nacional se niegue a aportar el 0,008 por ciento para esa labor.
Que el Estado participe con la cifra que aludimos, u otra superior, será de estricta justicia y absolutamente coherente con la política que en ese aspecto de la vida ciudadana ha seguido el gobierno. Recordemos que se invirtieron cerca de cien millones de dólares para la aplaudida restauración del Teatro Solís, se proyecta invertir cincuenta millones en la construcción de la denominada Arena Antel y hasta se otorgaron por la vía presupuestal dos millones de dólares para la institución teatral privada capitalina “El Galpón”, también con fondos nacionales.
Sin “tocar” los presupuestos de educación y salud, existen centenares de posibilidades para destinar esa modesta cifra para las obras del histórico Teatro Florencio Sánchez.
Sinceramente, observando los valores que mencionamos parece hasta ridículo que haya que reclamar, insistir, “pelear” para lograr un aporte tan pequeño comparativamente y tan importante para toda la población de esta región. ¿Tan poco le importan al gobierno central el patrimonio y la cultura en el Interior?


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