Paysandú, Jueves 05 de Septiembre de 2013
Opinion | 05 Sep El uso del casco por parte de motociclistas es una obligación legal, de acuerdo a lo establecido por la Ley Nacional de Tránsito. No obstante, son muchas las personas en todo el país que infringen esa norma, lo que no sólo los expone a una multa sino --lo que es peor-- a poner en peligro su vida en un accidente de tránsito.
La Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) y las empresas Ancap, Esso y Petrobras presentaron recientemente una campaña llamada “Casco, causa común”.
Es una buena idea insistir con este tema porque si bien descendió el número de muertes en accidentes de tránsito ha aumentado la cantidad de muertes de motociclistas en siniestros, pasando de un 50% a un 66%. La estadística indica la existencia de más de 400 motociclistas muertos al año que viajaban sin casco.
El dato preocupa especialmente si se tiene en cuenta que la mayoría de los muertos en siniestros de tránsito son menores de 35 años, siendo estos accidentes la principal causa de muerte entre los jóvenes.
Otro tema, también relacionado a los siniestros de tránsito y sobre el cual aún no hay demasiada conciencia refiere a la forma en que viajan los menores de 12 años en el interior de los vehículos y el no uso de sistema de retención infantil, es decir, las conocidas sillitas para niños que se colocan en los autos.
En estos días, la Fundación Gonzalo Rodríguez, se encuentra en Paysandú impartiendo charlas y asesorando a familias en el uso de estos dispositivos. En este sentido, es importante tener en cuenta que la distribución de peso, la maduración muscular y ósea de los niños es diferente a la de los adultos, por lo cual no pueden utilizar los mismos sistemas de retención que los adultos (cinturones de seguridad).
Por otra parte, en caso de sufrir un impacto, las energías y los esfuerzos generados son tales que toda persona u objeto no sujeto en el interior del vehículo saldrán despedidos, chocarán contra el interior del auto o contra objetos externos. Los SRI están diseñados para sujetar el cuerpo del niño y para distribuir los esfuerzos generados durante el choque sobre las partes fuertes del cuerpo, minimizando las lesiones que podría sufrir.
Por más corto que sea el viaje o excelentes conductores que podamos ser, siempre estamos expuestos a un accidente de tránsito puesto que el tránsito no depende exclusivamente de uno mismo sino de todos los que circulan en un lugar en un momento dado. Por eso, es importante saber que si uno no se protege la cabeza cuando circula en moto la probabilidad de morir se multiplica por cuatro y que debemos tomar las precauciones necesarias para nuestros hijos cuando viajen en auto.
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