Paysandú, Sábado 07 de Septiembre de 2013
Opinion | 03 Sep Uno de los pocos delitos cuyas denuncias van en descenso en los últimos años, es el abigeato, según datos del Observatorio sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior.
Si se toma las 3.000 denuncias de 2005 como punto de partida, al año siguiente se registró una primera disminución, a 2.000 casos y luego la cantidad de denuncias continuó con una caída menos fuerte pero sistemática hasta 2009.
Eduardo Florio, integrante de la Comisión de Seguridad Rural del Ministerio del Interior, informó que al programa “No toquen Nada” que en 2012 fue un año récord, con menos de 1.700 denuncias, y que hasta agosto de 2013 había 700.
Este descenso, que es el más significativo que se ha registrado en los últimos años, es vinculado a la trazabilidad del ganado, que ha marcado un antes y un después en el combate al abigeato.
El sistema no ha sido creado para combatir este tipo de delitos específicamente sino por una cuestión de calidad, no obstante, tiene ese beneficio añadido. Consiste en colocar un chip en la oreja de cada animal “que abarca toda su evolución desde su nacimiento hasta su muerte”. El chip está conectado al Sistema de Información Ganadera que registra sus guías de propiedad, de tránsito y declaraciones juradas de propiedad.
Por su parte, las Brigadas Especiales para la Prevención y Represión del Abigeato (Bepra), que son unidades que dependen de las jefaturas departamentales de Policía y existen en todos los departamentos menos en Montevideo, cuentan con bastones barométricos.
Cada policía cuenta con uno y si detecta la presencia de ganado vacuno en situaciones sospechosas, acerca el bastón a la oreja del animal y obtiene toda la información de trazabilidad, constituyéndose en una herramienta fundamental para investigar eventuales delitos.
Es decir, puede saber de quién es el animal, en qué campo tendría que estar y si el productor lo registró legalmente en el Sistema de Identificación y Registro Animal (SIRA).
La mala noticia es que los delincuentes se adaptaron a la nueva tecnología e inventaron maniobras con las que se intenta evadir los controles para seguir con el robo de ganado. Normalmente, lo que hacen es inscribirse como productor y sacarle la caravana del productor original, poniéndole la suya, aunque si se revisa el animal es posible comprobar que la marca a fuego no coincide, saliendo a la luz la maniobra delictiva.
Sin duda, la disminución de casos de abigeato es una buena noticia y también es bueno saber que la aplicación de esta tecnología colabora en brindar una solución a este viejo problema de los productores rurales. Sin embargo, es importante tomar las precauciones debidas para optimizar el sistema y evitar que los delincuentes puedan realizar el tipo de artimañas antes citadas.
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