Policiales | 08 Sep Un amplio dispositivo de seguridad fue montado para la reconstrucción crimen de Gonzalo Raúl Álvarez Pereira, alias “El Lalo”, quien fuera acribillado a balazos en el barrio Tatuces Sur; asesinato por el que fuera procesado inicialmente Ramón Gallo Hidalgo, apodado “El Chito” y luego un menor domiciliado en el barrio.
Este último fue trasladado a Paysandú desde la dependencia de INAU de Montevideo en la que se fuera internado para ser luego conducido a la escena del asesinato ocurrido en enero para dar su versión ante la magistrada y la fiscal actuantes.
Pese a que familiares y allegados del adolescente se agruparon en torno al sitio donde se llevó a cabo la instancia judicial, que había sido aplazada por ausencia de la abogada defensora del adolescente, el despliegue policial cumplió con su propósito disuasivo y no se generaron inconvenientes.

“LE PEGUÉ UN TIRO Y ME FUI”
Ante las autoridades judiciales, el adolescente declaró, en tono displicente que, próximo a las 21 del día 21 de enero disparó en una oportunidad contra “El Lalo” con un rifle de aire comprimido, conocido popularmente como “chumbera”, y se retiró a su domicilio.
“Estaba allí sentado en el pasillo, me insultó y le pegué un tiro” declaró el menor ante la magistrada, encogiéndose de hombros.
Añadió que aproximadamente una hora después supo que Alvarez Pereira estaba sin vida, en el pasillo del barrio en donde fuera hallado. La versión aportada en esta ocasión por el menor procesado como autor inimputable de homicidio no coincide con aquellas que sí lo implicaron en el crimen.
La noche del homicidio, el adolescente, Ramón Gallo Hidalgo y Alvarez Pereira estaban reunidos en casa de Gallo junto a la hermana de éste y el conocido delincuente apodado “El Sapo”.
En un momento determinado, se generó una discusión entre “El Lalo” y los otros sujetos que participaban en la reunión. Alvarez Pereira intentó retirarse, pero los demás lo siguieron. “El Sapo”, para evitar verse implicado en el crimen, terminó por declarar que Gallo y el menor que participara en la reunión comenzaron a disparar contra “El Lalo”. Según “El Sapo”, “El Chito” Gallo portaba un revólver calibre .22 y el adolescente un revólver calibre .38, con los que efectuaron varios disparos a “El Lalo”, hasta que éste cayó, sin vida, con varios impactos de proyectiles en su cuerpo. No obstante, los revólveres nunca fueron localizados. La declaración del menor durante la reconstrucción constituye un nuevo elemento que se suma a las actuaciones judiciales cumplidas con motivo del asesinato.