Procedimiento de Bepra finalizó exitosamente

Policiales | 11 Sep El juez penal de Cuarto Turno, Fernando Islas, dispuso el procesamiento de un carnicero y tres trabajadores rurales de un establecimiento de la zona de Pueblo Gallinal al culminar las actuaciones judiciales iniciadas con motivo de un procedimiento llevado adelante por de Brigada Especial de Prevención y Represión al Abigeato (Bepra).
Según el auto de procesamiento proporcionado a EL TELEGRAFO por la División de Comunicación Institucional de la Suprema Corte de Justicia, W.A.C. concurrió a la carnicería y ofreció en venta a su propietario, F.A.A.A., un toro propiedad de su patrón.
El animal fue adquirido por el carnicero, quien concurrió al establecimiento al avisarle W.A.C. que el animal se encontraba encerrado. En su declaración ante la sede judicial, el carnicero dijo haberlo carneado juntos “en una manga en el campo del Yacaré”, mientras que W.A.C. manifestó que “cuando el toro estaba encerrado, llamé a F.A.A.A, lo miró y me pidió que lo enlazara. Yo lo hice y él lo mató. Yo le puse una lona y él lo depositó en la camioneta”. Dijo “suponer” que el vacuno estaba para la faena, pero no contaba con autorización para hacerlo, ya que el establecimiento --según el propietario-- se encuentra interdicto hace dos meses por haberse encontrado cinco vacunos con brucelosis.
En otro sentido, también en la carnicería de F.A.A.A. fue encontrada carne ovina que el carnicero compró en dos oportunidades a P.L.C., peón del mismo establecimiento. En la primera ocasión, a mediados de julio, el carnicero pagó $ 1.000 por una oveja faenada, en tanto el 25 de agosto le compró otras dos ovejas faenadas a $ 1.000 cada una.

ROBOS EN CAMPOS VECINOS
A la vez se estableció que el capataz W.V.V. y el peón P.L.P.L.C. ingresaron al establecimiento “La Americana” en horas de la noche y se apoderaron de 24 ovinos recién esquilados, tropeándolos hasta el establecimiento donde trabajan. Algunos de ellos fueron faenados para vendérselos al carnicero, otros para consumo propio y los restantes quedaron en pie. En otra oportunidad, el capataz y el peón robaron otros 13 ovinos de un establecimiento cercano. Parte de la carne ovina fue vendida también al carnicero F.A.A.A., en tanto el peón modificó la señal del cuero lanar, ya que pretendía venderlo junto a los de su patrón. Cada uno de los lanares sustraídos fue valorado en entre 50 y 60 dólares cada uno.
Una vez culminadas las actuaciones, el juez Islas dispuso finalmente el enjuiciamiento sin prisión de F.A.A.A. y  W.A.C.S. como autor y coautor de un delito de faena clandestina, de W.V.V. por dos delitos de abigeato, y de P.H.L.C. por dos delitos de abigeato y un delito de faena clandestina.