Paysandú, Viernes 20 de Septiembre de 2013

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Locales | 15 Sep Atropello
Es mi intención, no solo limpiar mi nombre de las difamaciones e injurias contra mi proferidas, sino también llegar al fondo real del asunto que me compete, denunciando responsabilidades a fin de que nada quede al azar impunemente.
No hace mucho fui allanado en mi domicilio de manera poco patriótica, ya que jamás he sido un delincuente y la ausencia de prontuario policial o antecedentes penales hablan de ello, resultando un atropello que se ha generalizado en las órdenes de represión, sin medir quien es quien ni la verificación de los hechos descriptos en la ley como delito.
Mi Señora esposa fue brutalmente atropellada por un oficial de policía (una vergüenza para todos) y que conste que eximo de responsabilidad a los agentes policiales que actuaron en obediencia al superior. Ella fue subida como quien dice de prepo al vehículo policial para ser detenida sin explicación y sin chance de llamar a nadie para cuidar a sus hijos menores, que permanecieron solos en un solo estado de nervios.
A mí me calabocearon 26 horas, violando la Constitución de la República que exige 24 horas máximo para declarar ante Juez competente. Allí fui vejado, humillado e insultado gratuitamente con saña y odio de entidad suficiente por el mencionado funcionario policial. Mis pertenencias fueron incautadas a ojo, sin seguir reglamento alguno, pues desde el rifle hasta el freezer, pasando por mi chaira, cuchillo y mira telescópica fueron chapadas al barrer como efectos de un presunto delito del cual no había más pruebas que las que surgían de una vaga investigación en un tema que me vinculaba, por haber aceptado de un buen hombre un poco de carne vacuna faenada en su propio establecimiento.
Señalo como parte del abuso de autoridad el no periciar debidamente las incautaciones de mi freezer, para confirmar a ciencia cierta si el espinazo de vaca supuesto no era realmente de cerdo, pues me lo había dado un vecino en atención a manejos propios del campo.
Afinando: soy conocido trabajador rural, he administrado estancias y he inseminado artificialmente durante 3 décadas. A mis años, que gratuitamente me hallan no solamente allanado la casa, incautado bienes, maltratado a mi mujer y a mí personalmente como si de la delincuencia hubiera yo vivido, cuando un pueblo se ofrece a declarar ante quien sea para dar datos de mi persona, es algo que jamás dejaré de denunciar hasta que se haga justicia. Que se sepa quién es quién en esto de enchastrar el nombre de una persona, a ver si les da por crecer en el Artiguismo que a fin de cuentas exige desde su tumba: “ilustración y valentía”.
Esta primera carta a mi pueblo, pretende ir allanando el camino en grueso, para después, sino recibo una pública disculpa y pedido de perdón por parte del Oficial (que bien sabe el a quien me refiero y si le queda algo de hombre debería hacer su descargo ante la tribuna popular), avanzar por los medios pertinentes hasta dejar en evidencia que soy inocente frente al castigo que me han brindado, solapados y creyendo que la impunidad va a triunfar. La impunidad será derrotada aquí en mi caso porque este puede ser el caso de muchos si no luchamos contra ella, al igual que sucede con los delitos de lesa humanidad: tarde o temprano la justicia debe triunfar, pues quien abusa del poder que los ciudadanos le conferimos, de salir exento de castigo, se va a cebar y siempre va a cometer los mismos atropellos. Por esa razón hay que unirse en la causa de los demás sin titubear, para que sepan los torturadores que siempre serán alcanzados por la verdad.
Agradezco de sobremanera a la gente que me apoya (que sabemos todos que son la mayoría), al periódico que me hace un lugarcito para poder defenderme, al Sr. Juez de Quebracho que siempre me ha atendido en forma correcta y profesional, a su ayudante, a la Comisaría de Quebracho que en sus funcionarios recibo el debido respeto y actuación ante mis solicitudes. Continuaré estas publicaciones agregando detalles que hoy no doy, a ver si logro un mínimo de dignidad en este sujeto y sale al cruce dando su versión, pues lo que es yo tengo pruebas suficientes para que un Juez Penal lo condene por abuso de poder, tortura, y encima de lo mojado llovido: difamación e injurias. Isabelino Alvez


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