Otro duro golpe para el rubro ovino

Rurales | 18 Sep Cinco días de temporal de lluvias, viento y frío han causado la muerte de más de 40.000 lanares --entre corderos que son los más susceptibles y ovinos recientemente esquilados--, fundamentalmente en los departamentos del norte del país, en donde se encuentra el mayor porcentaje de lanares de Uruguay. Los casos de mayor dimensión se conocieron en Artigas, Tacuarembó y Salto, aunque los productores y técnicos de instituciones vinculadas al sector consultados por EL TELEGRAFO manifestaron que “tanto los productores chicos como grandes sufren de la misma manera las consecuencias, porque todos apostaban en general a una buena parición”.
Respecto a la situación en el departamento de Paysandú, varios productores señalaron su preocupación porque habían esquilado en algunos casos hace poco más de un mes, y a pesar de que pasaron la lluvia del primer fin de semana de setiembre, “sucumbieron ante la fuerza del temporal”.
Próximo al límite con el departamento de Paysandú, en la zona comprendida desde Queguay a Tambores, se informó de pérdidas de 500 cabezas en un caso y 400 en otro, también de majadas esquiladas para remitir a frigoríficos. Incluso murieron animales que iban en el piso de arriba del camión, y que el camionero no los cubrió con la lona, y agarraron el frío y el agua de la madrugada. Otros casos establecen que en una estancia en la zona de Queguay, departamento de Paysandú, murieron 500 ovinos, y 320 en otro predio de la misma zona. Se conocieron casos de pequeños productores que esquilaron alrededor de 200 corderos a los que se les murió cerca del 80%. “Te dejo porque está abriendo un poquito y voy a tratar de sacar de a poco los lanares del galpón”, comentaba telefónicamente un productor de la zona de Merinos sobre el mediodía de este martes, prácticamente desesperado porque se le acabaron las reservas para aquellos lanares que había tratado de salvar del temporal.

ZOZOBRAS
“La estamos viviendo con zozobras y todos los plantes pariendo”, dijo por su parte a EL TELEGRAFO Diego Henderson, presidente de la Asociación Nacional de Colonos y productor de la zona de Santa Kilda, departamento de Paysandú. “Se nos han muertos algunas ovejas y varios corderos, a pesar de que en nuestro caso no ha sido tan grave la cantidad”, puntualizó. “Lo que más preocupa a todos los productores es que los animales se debilitan día a día y que si no mejora, se agrava más la situación”, agregó.
“Tenemos los lanares en la vuelta de los galpones y la casa, con las ovejas paridas dentro de los galpones, soltando de a ratos y racionando con maíz y prácticamente quedándonos sin ningún recurso, sobre todo en la vuelta del campo”, dijo. “Alguna pequeña comida que teníamos para los carneros está como si fuera arado porque está todo negro el campo”, acotó.
Lo que más le llamaba la atención era que la majada estaba esquilada hace más de 30 días, ya habían agarrado una lluvia anteriormente “y aún así, teníamos ovejas acalambradas dentro del galpón”. Además, “teníamos una alta producción de mellizos, y esto es fantástico cuando todo está bien, pero con una crisis como esta las primeras ovejas que caen son las melliceras”, mencionó Henderson.

AYUDA URGENTE
Para el productor y dirigente gremial es imperioso que “esto llegue a los que nos gobiernan, porque hay gente que ha perdido desde 1.000, 1.500 y hasta más de 2.000 lanares, y necesitan ayuda urgente”. Entiende que “como se les tira un cabo a la granja y otros sectores cuando suceden desastres climáticos, rápidamente se deberían tomar resoluciones en un momento muy crítico de la producción ovina, porque la mayoría son majadas pariendo, lo que implica no solamente la pérdida del capital del productor, sino además la pérdida de la zafra”.
Manifestó que “esto es tan grave para algunos productores, como cuando vino la turbonada en el sur del país y a los granjeros les volteó los invernáculos, con la diferencia que nosotros con las ovejas no podemos tener invernáculos”.

GRANDES PÉRDIDAS
Más allá de estar preocupado por su situación personal y familiar, procurando salvar a sus animales, Henderson explicó que de acuerdo a lo conversado con productores de Salto, “se está hablando de más de 40.000 ovejas”. Citó el caso de un primo en la zona de Carumbé, en donde hasta la tarde del lunes se le murieron más de 500 ovejas Merino Australiano. En Artigas supo de productores que se le murieron más de 2.500 ovinos y 1.500. Se conocen de pérdidas de hasta 600 animales, como ocurrió en un establecimiento de Carumbé, tratándose de una majada que se embarcaría a frigorífico próximamente, y pese que se esquiló con peine alto, los cinco días consecutivos del temporal provocó la mortandad. También en Carumbé se notificó otra mortandad de 300 ovinos y desde la zona de Los Orientales, en una recorrida de una majada de 500 vientres, se encontraron 65 corderos muertos nacidos en las últimas horas. Le solicitó a los colonos que tengan pérdidas por el temporal, que hagan la denuncia policial y rápidamente se comuniquen con la Mesa Nacional de Colonos, para analizar qué se puede plantear ante el Instituto Nacional de Colonización (INC).
Aún no se cuantificaron las pérdidas, pero se consideran muy importantes y seguramente provocarán la caída del stock ovino del próximo año (actualmente se ubica en más de ocho millones). En otras zonas del país también hubo pérdidas, sobre todo de corderos recién nacidos, pero no de la magnitud de lo ocurrido en los departamentos del norte.