OPINIÓN

Locales | 22 Sep Sr. Intendente Bentos
En una nota realizada en diario EL TELEGRAFO, usted afirma que hoy, la Intendencia está en su nivel más bajo de funcionarios presupuestados y contratados: 1.794.
Lamento decirle que eso no es verdad, dado que cuando usted asumió había 1.346, o sea 448 funcionarios menos. En segundo lugar cuando usted suma todo el resto de las contrataciones tiene 1.938 funcionarios y en julio del 2010 había 1.798, o sea 140 menos. Estos datos que hoy pongo en conocimiento de la opinión pública se encuentran en el libro con información oficial que entregamos a su gobierno, a todas las bancadas y sectores políticos, denominados “Informe para la Transición”, mayo 2010; en el capítulo 1: Informe de Secretaría General - Dirección de Recursos Humanos, página 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30 y 31, debidamente explicitado. Ahí además están detallados todos los tipos de contratos y su finalización.
Por lo tanto, queda demostrado que no son correctas las cifras por usted manejadas y por tanto invalidan sus apreciaciones sobre nuestra gestión de los recursos municipales.
Además, no sé por qué usted cuenta las cooperativas sociales como funcionarios, dado que son un servicio externo. Sería como contar las empresas que con sus motosierras están destrozando los paseos públicos por orden de su administración, en una loca carrera por fondos frescos.
Pero, en todo caso, si agregamos las 80 personas que mantenían la ciudad limpia y ordenada igual nos mantenemos con 60 personas menos. Hoy da pena ver el estado en que se encuentra la ciudad.
Se menciona que hubo meses que tuvimos más funcionarios zafrales y es verdad, como también es verdad que algunos eran pagados por fondos externos como usted menciona. El proyecto “Nadando en los ríos y arroyos”, que pagaba UPM; proyecto de cooperación internacional; todos los docentes y auxiliares del programa de CAIF municipales; conexiones domiciliarias de saneamiento; programas de deportes y culturales de los Faroles para las vacaciones de verano e invierno; cine al aire libre en localidades del interior; Plan de la Costa; Mi Plaza es una fiesta; la Semana de la Cerveza fuera del predio ferial, y tantos otros programas lamentablemente desaparecidos o que languidecen por falta de apoyo. No es un problema de más funcionarios, sino qué es lo que hacen.
Según usted, los motivos de nuestra crítica son: desconocimiento, politiquería o rencor por los contratos cesados. Vamos por parte.
Desconocimiento: como ve, sabemos de lo que hablamos. Y las cifras son contundentes, pero en todo caso debe responderle a Adeyom, que el 8 de junio pasado, aseguró que en la Intendencia había 2.157 funcionarios.
Politiquería: nuestra preocupación viene por los ciudadanos sanduceros que depositaron la confianza en su gobierno. Hay dos cifras simples que todos van a entender. Usted gasta el 63% del presupuesto en sueldos y nosotros gastábamos el 53%; usted invierte el 8% en obras y nosotros el 18% promedio de los cinco años. Este es su problema, cómo explicarle a la gente que cuando más recursos recibe la Intendencia (un millón de dólares por semana), se hace cada vez menos obra. Yo tengo una explicación ya conocida, me gustaría conocer la suya.
Rencor por el cese de contratos: no es rencor, es dolor, es tristeza. Lamento el cese de contratos de esos funcionarios que entraron por la puerta grande, porque eran una apuesta a construir un Estado joven, con capacidades para los desafíos modernos. Con su política clientelar hemos vuelto a retroceder y mucho. Es claro que como usted dice, “nosotros tomamos personal quizás con otro criterio”. Sí, claro que es así: son amigos, familiares del equipo de gobierno, delegados partidarios, y así le fue. Hoy tiene entre otros problemas, tres acusados por explotación sexual de menores y no puede decir que la responsabilidad es de la Dirección que los seleccionó. En esto tiene razón la bancada del Frente Amplio, es su responsabilidad. Usted los nombró directamente.
Y además, usted agrega: “Debe recordarse que constitucionalmente, en la intendencia, corresponde a los intendentes decidir sobre contrataciones”. Lamento decirle que no es verdad.
Porque el departamento tiene una ley departamental, el “estatuto del funcionario público de la Intendencia de Paysandú”, aprobado en 2004 por unanimidad en la Junta Departamental, que regula el ingreso, ascenso, presupuestaciones, concursos y diferencias de sueldo, y que ha sido sistemáticamente violada por su administración. La discrecionalidad no es buena consejera para un gobernante.Julio Pintos