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Paysandú, Domingo 29 de Septiembre de 2013

La mortandad de ovinos impactó en el sector, pero productores no pretenden bajar los brazos

Rurales | 22 Sep Con la oveja se empata o se gana, pero no se pierde. Con esa premisa que los productores ovejeros manejan desde hace mucho tiempo, gran parte de quienes crían esta especie en el litoral norte y norte del país volvieron a trabajar con normalidad a mediados de la semana, después de sufrir las consecuencias de un temporal que impactó “con furia” durante cinco días consecutivos y causó la muerte de más de 40.000 lanares.
Pasado el temporal, EL TELEGRAFO se contactó con diferentes productores que se vieron afectados por la fuerza del viento, agua y frío, que terminó con prácticamente todos los corderos nacidos en los 15 a 20 días anteriores del fenómeno climático adverso, y también un importante número de animales adultos recientemente esquilados.
Todos coincidieron en que no bajarán los brazos y seguirán apostando al sector, más allá que otros aspectos, como la inseguridad rural o el abigeato, estén permanentemente al acecho y también causando problemas para producir con normalidad.
Algunos, los considerados más chicos, y que perdieron entre el 50 y 60 por ciento del capital por la mortandad de ovejas y corderos, aguardan con expectativas la posible asistencia que pueda llegar desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Es que desde el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) pretenden que se les ayude, como se hizo con la producción hortícola y frutícola cuando aparecieron los tornados.
Está claro que no fue culpa del productor el tornado, ni tampoco negligencia por parte de los criadores, a quienes se le murieron ovejas esquiladas con peine alto desde hacía más de 20 días, además de borregos gordos prontos para ser embarcados a frigoríficos y en muy buen estado.
Además, hay que tener en cuenta que el invierno en el norte fue muy seco y los campos estaban muy pelados, por lo que las majadas estaban más livianas. Al no producir forraje en el invierno, los campos del basalto superficial estaban con poco pasto y la condición corporal no era de las mejores.
A esto debe sumarse un aspecto fundamental para entender el impacto del temporal. El jueves a la tarde la temperatura llegó a 36 grados, y en menos de 24 horas osciló en apenas 2 grados sobre el cero, acompañado de agua y viento, lo que generó un cambio muy importante para cualquier animal que pasta a cielo abierto.Las estimaciones realizadas por técnicos que rápidamente se contactaron con los productores, sostienen que serían más de 40.000 los ovinos muertos, con mayor perjuicio en la categoría de corderos recién nacidos o con pocos días de vida. Precisamente, esta es la categoría más susceptible y de mayor complicación para su contabilización, por lo que recién con la señalada en algunas semanas se podrá saber cuál fue el número de la pérdida de corderos.
En tanto el SUL continúa adelante con el relevamiento sobre la mortandad de ovinos en el norte, las autoridades del organismo tienen previsto reu nirse con el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca en los próximos días.

INDEMNIZACIÓN
Precisamente, Tabaré Aguerre aseguró en las últimas horas que “no siempre que se registra un fenómeno climático adverso el Estado tiene que indemnizar”, aunque aclaró que se aplicará “una política diferenciada y direccionada”.
El secretario de Estado manifestó que se está “evaluando la situación en términos promedio. Desde el punto de vista de los ovinos adultos, las pérdidas no exceden los niveles de animales muertos por un temporal y está dentro de los riesgos para un negocio que se da a la intemperie”.
El MGAP, con la colaboración del SUL, procura estimar el impacto que el fenómeno meteorológico podría tener en la producción de corderos, que fue muy grave en los animales nacidos en los últimos 15 días. Aguerre sugirió pensar en un sistema de seguros colectivo porque “el Estado no puede indemnizar luego de cada fenómeno anómalo”, y agregó que “una cosa es que apoye el MGAP y otra, que se promuevan líneas de financiamiento para la recomposición del stock”.
Aclaró que ese apoyo “no siempre debe ser con recursos económicos. Hay apoyo institucional y apoyo de gestión”, como fue el caso de “la lechería en el año 2010, como hicimos con los citrus con las heladas de 2012, o las granizadas a principios de este año, donde tuvimos políticas diferenciales”.

DUDAS
Muchas personas, generalmente no productores de ovinos, pusieron en la semana un manto de duda sobre lo positivo de la esquila preparto, o la esquila de corderos y borregos previo al embarque a frigorífico. Los propios productores salieron a defender la herramienta promovida por el SUL desde hace varios años, recordando que no se conoce en los últimos 20 años un temporal de estas características y que se extienda por cinco días.
También se mencionó la utilización de capas, algo que algunos productores lo hacen desde la década del 80. Seguramente deberá ser tenida en cuenta como una inversión en el futuro, y no un gasto. Pero lo que sí está claro con lo sucedido en ese fatídico fin de semana de setiembre, es que para cualquier ser vivo, soportar cinco días de frío, viento y lluvia no es sencillo, y tampoco evitable.


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