Paysandú, Domingo 29 de Septiembre de 2013
Rurales | 28 Sep “No hace falta fuego grande cuando no hay que churrasquear”. Parafraseando al cantautor Numa Moraes, el ingeniero agrónomo Gianni Bianchi, técnico y docente de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, restó importancia “la alusión y descalificación” a su “persona que saliera publicada el jueves 26 en EL TELEGRAFO”, para señalar que “aunque hay luz en todos lados, algunos viven a oscuras”, según José Larralde en “Herencia pa’ un hijo gaucho”.
“Ahora sí y tratando cosas que me preocupan --por serias--, sobre todo lo que rodeó al tema del temporal, aprovecho para ahondar en el tema tratado en el programa ‘Poder Ciudadano’ en VTV, que dicho sea de paso todos pueden ver y escuchar lo que se dijo el martes a la noche ya que está subido en Internet”, indicó Bianchi.
En primer lugar y más allá de las cifras oficiales que el SUL proporcionó de las pérdidas, “señalé y reitero que es muy importante contar con un desglose de las muertes referidas a corderos durante la parición y de animales adultos; además de conocer con exactitud dentro de estos últimos, el tiempo de esquilados en relación al temporal y sobre todo las medidas tecnológicas que se hayan tomado al respecto”.
Al explicar el por qué, Bianchi indicó: “He leído entre otras tantas cosas escritas y dichas estos días, que el temporal comprometería los pronósticos de señaladas situados de acuerdo a ecografías realizadas por el SUL --cabe aclarar que no se dice cuántas, dónde y qué grado de representatividad tienen de las poco más de cuatro millones de ovejas de cría del stock nacional-- en valores cercanos al 85%”. “De acuerdo a esta explicación, el grueso de los corderos del país que hubieran permitido llegar a los guarismos predichos, nacieron y murieron en los cuatro días que duró el temporal”, sostuvo.
El técnico de la Eemac agregó que para los que no conocen la producción, “en ovinos la inseminación con sincronización se usa poco y nada y como los servicios se extienden en promedio 45 días, la parición lo hace en al menos 30 días. Con esto queremos decir que si bien pudo afectar algún productor en el que haya coincidido el pico de partos con el temporal, importante sí a nivel individual, nunca para el total de las muertes que se deberían imputar al sistema de producción imperante y no al temporal”.
Por otro lado, manifiesta que “sin conocer el carácter del cuidadoso diseño realizado para afirmar guarismos que --lamentablemente-- nuestra ovinocultura no conoce, salvo en cuenta gotas, parece poco serio señalar públicamente que por culpa del temporal tendremos que contentarnos con menos de los ya malos e históricos valores que no pasan el 70-75%, sobre todo cuando en no más de 48 horas se pasó de mencionar pérdidas de 5 a las actuales 25 puntos de señalada”.
“Vale decir las casi dos ovejas que siempre requerimos para tener un cordero que lo vendemos después de tenerlo casi un año en el campo con el propósito de sacarle un vellón, seguirán siendo la ‘carta de presentación’ del sistema eficiente y de envidia internacional que ostentamos”, sostuvo.
CAUSANTE
Bianchi indicó que “el temporal parecería que también será el causante de que no nos estemos dirigiendo hacia los 12 millones que rezaba el titular del último Agro en Foco de lanares realizado hace pocos meses atrás. Y también el culpable de que se resienta la actividad de los frigoríficos, el trabajo de sus operarios y las exportaciones del país. Todo esto, sin tener en cuenta, además, que se pone en tela de juicio, o directamente se trasmite que nada se pudo hacer y que todo lo que se recomienda técnicamente se hizo y se remata diciendo que se murieron animales de 50 días de esquilados”.
Entiende que “puede ser que algunos animales hayan padecido el temporal en esas condiciones, siendo altamente probable también que hayan llegado a la esquila perdiendo peso y/o con mala condición sanitaria, que nadie recuerda mencionar o se cuidan de callar. Lo que me niego a creer es que los 50.000 animales muertos hayan sucumbido habiendo sido esquilados casi dos meses antes y que además se quiera hacer creer que todos esos animales o la gran mayoría --que es lo mismo-- habían sido esquilados con peine alto --no con la oveja esquilada ‘en surcos’, sino con un centímetro de lana de cobertura que es lo técnicamente recomendable-- y además con capa”.
“Me niego a creerlo”, reiteró Bianchi, “porque por años --y algún temporal que otro ha ocurrido en este país-- estas herramientas --en los productores que las han usado-- han cumplido con su rol de aislación necesaria para una oveja o borrego o capón, ni que hablar cordero, que se vaya a esquilar en cualquier época del año. Porque también parecería que la esquila preparto es la culpable de la mortandad o incluso la época de parición, porque este año resultó que agosto fue un mes estupendo --desde el punto de vista climático-- para las pariciones, frente al setiembre que ya se va”.
Agregó que “no se puede, y los técnicos no deberíamos dejar que suceda, echar por tierra la validez de lo que la investigación primero y la validación práctica después, se encargó de demostrar que eran herramientas fantásticas si se usaban como complemento --y no como sustituto-- de una buena alimentación y manejo sanitario”.
Para el profesional de la Eemac, “si mantenemos las ovejas en condiciones de marginalidad absoluta porque lana igual producen, cuando ocurren condiciones meteorológicas adversas, que por otra parte estaban anunciadas con suficiente antelación y disponibles ante cualquiera que tenga acceso a Internet, no es sorprendente que ocurra lo que ocurrió. Basta recordar el ‘Plan B’ que tenía la ARU ante la alerta meteorológica anunciada para la inauguración de la muestra de la cabaña nacional”.
“Se podrá sí esgrimir en algunos casos con razón, que no se dispone de herramientas para afrontar condiciones climáticamente anormales y que, por tanto, se es extremadamente vulnerable en un negocio que es a cielo abierto. Es atendible en productores pequeños y afortunadamente así lo entendieron las autoridades del MGAP. Por ello es importante, también conocer discriminadamente las pérdidas de acuerdo a la escala de producción”.
Pero subrayó que “de ninguna manera se puede justificar en productores con posibilidades reales de prevenir la situación con suficiente tiempo de antelación. Digo esto porque se llegó a decir que con el temporal arriba, nada se podía hacer, salvo encerrar los animales en las casas”.
MEDIDAS DE MANEJO
“Existían y existen medidas de manejo que hubieran evitado muchas de las pérdidas ocurridas en animales adultos”, opinó el técnico. “No se hicieron, porque en la mayoría de los casos, nunca se hacen y pasan desapercibidas hasta que ocurre un fenómeno de esta magnitud”, acotó.
“La concentración del volumen de pérdidas llama la atención pública, pero es bueno señalar sobre todo a los que no tienen por qué conocer algunas cifras comunes en la producción ovina: en este país se mueren --siendo cauteloso-- en el eje de 25.000 animales adultos/año y medio millón de corderos en torno a la parición, asumiendo un año bueno, guarismo que se puede ir al doble en años catalogados como malos”.
“Si a esto le agregamos los cerca de 300.000 corderos que estarían siempre en el escenario de los tres millones de corderos señalados este año y que también se mueren entre la señalada y el embarque --abichados, muertos por perros o robados--, llegamos casi a un millón de animales que se mueren por año y nadie pestañea”, precisó.
“Tampoco se puede señalar como ejemplo de vulnerabilidad de los sistemas ovinos, que hace un par de años en Nueva Zelanda, un temporal tardío de nieve mató un millón de corderos y que ello repercutió en una suba del precio del producto en el mercado internacional”, indicó.
Sostuvo que “primero porque acá no nieva, segundo porque producimos a gatas el 5% de lo que produce ese gigante de Oceanía, razón por la cual la mortandad que ocurrió durante el temporal no será responsable de ningún cambio en el precio del cordero internacionalmente y menos debería ser usado como excusa en el ámbito local para evitar que la población compre un cordero para comerlo en familia o con amigos a fin de año a precios razonables”.
“Si pretendemos que se atiendan situaciones que son claramente atendibles, sin lugar a dudas, lo primero que tenemos que hacer es sincerarnos, de lo contrario, todo será en vano, porque perderemos credibilidad”, finalizó.
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